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 miércoles, 24 de agosto de 2005  
Identidad sexual: ¿se nace o se hace?
ALgunas malformaciones pueden dificultar el desarrollo de la sexualidad. SIn embargo, más allá de los genitales, influye el modo de crianza

María Laura Favarel / La Capital

Niños que quieren ser niñas y viceversa. Nenas que se divierten con autitos y juegos varoniles, y nenes a quienes les gusta maquillarse. Estas conductas pueden tener origen en patologías cromosómicas u hormonales, que la ciencia está cada vez más ávida de conocer. Un endocrinólogo, un sexólogo y una psicóloga explican el origen de estos trastornos y qué sucede a nivel psicológico.

El endocrinólogo Aldo Miglietta, miembro del comité de endocrinología de la Sociedad de Pediatría de Rosario explicó a La Capital qué ocurre cuando el bebé nace con alguna malformación en sus órganos sexuales producto de patologías cromosómicas u hormonales. Esto hace difícil determinar el sexo al que pertenecen. "Si una niña recibiera hormona masculina los labios mayores se cerrarían y se transformarían en el escroto del hombre, y el clítoris sería más grande, se cubriría con los labios menores y daría lugar al pene. Así, un feto femenino con mucho andrógeno (hormona sexual masculina) se masculiniza y un feto masculino con poco se feminiza. Este desequilibrio hormonal puede suceder por enfermedades en la glándula suprarrenal (hiperplasia suprarrenal congénita)", señaló el especialista. En algunos casos determinadas variantes están muy altas y hacen que el testículo no pueda producir mucha cantidad de andrógeno, entonces el feto queda con poca testosterona durante el embarazo. "En el caso del varón es importante que produzca impregnación androgénica del cerebro, porque si el andrógeno no es suficiente, se descubrió que tiene más tendencia a identificarse con lo femenino". Estas situaciones son poco frecuentes, pero cuando se dan en la vida adulta las personas pueden tener algún trastorno de identidad sexual.

El médico apuntó que también se dan casos de trastornos anatómicos, "que se resuelven quirúrgicamente".

Algunos niños nacen con un sexo "indeterminado". De allí la necesidad de que los médicos en la sala de partos no se apresuren a determinar el sexo del niño o la niña. "Es importante que el médico vea si el bebé tiene testículos, no sólo si tiene pene", advirtió Miglietta. Estos casos están contemplados por la ley.

Cuando esto ocurre se realizan estudios genéticos y de diagnóstico por imágenes para determinar fehacientemente el sexo. "Existen infinidad de trastornos y cada vez se detectan más. Por eso muchos de los que nacieron con alguna malformación si luego fueron criados conforme otro sexo pueden tener dificultades en la identidad sexual".

Los conocidos como hermafroditas son aquellos que nacen con genitales ambiguos (no se puede determinar en el momento de nacer), o con testículos, ovarios o ambos (ovotestis). "Esos se operan y luego se da medicación", dijo Miglietta.


Sexo de crianza
El proceso de identificación sexual es complejo y en él intervienen múltiples factores. La psicóloga Cecilia Pedro, del comité de adolescencia del Colegio de Psicólogos, detalló a La Capital los factores que perturban la identificación del niño o de la niña desde lo psicológico. "Las madres posesivas con el hijo varón, que impiden que el padre intervenga en la relación, pueden convertir la situación en algo patológico, sumado a la crianza en un ambiente con predominancia de lo femenino. Algunas conductas a tener en cuenta son aquellas en las que el niño tiende a echar al padre del dormitorio de la pareja o insiste en dormir con su madre", apuntó Pedro.

Otra situación que afecta la identidad sexual del varón es aquella en la que los padres discuten frecuentemente delante de sus hijos. "En esos casos los niños tienden a identificarse con el que es despreciado", dijo.

Tanto Miglietta como Pedro explicaron el rol del pediatra frente a los padres, en situaciones donde se detecta alguna anormalidad. "Es difícil que los padres acepten esto", señaló Pedro, y recomienda la atención en equipos interdisciplinarios que permitirá revertir esto durante los primeros años.

Por su parte, el sexólogo Juan Impallari, del Instituto Kinsey, opinó que "la crianza es responsable de la identidad sexual del niño, más allá de los genitales". El especialista explicó que si sucedió algún trastorno y los padres dudan de la identidad sexual del hijo, se demora la identificación.

Al respecto el sexólogo subrayó la importancia de explicar las cosas claras a los hijos y no transmitir miedos, como que los genitales son algo sucio o malo. "Así es más fácil afianzar la identidad del niño", concluyó.
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El rol de los padres interviene decisivamente en la identificación sexual del niño.

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