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 miércoles, 24 de agosto de 2005  
candi
Charlas en el Café del Bajo
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-Gerardo Abel Marcipar es un estudiante de medicina a punto de recibirse y ha escrito unas palabras que a mí me interesaría reproducir porque son en realidad, Inocencio, muy interesantes. El tituló a su escrito "¿La llegada de los marcianos?" y está inspirado en la reflexión del filósofo español Fernando Savater publicada en La Capital el 8 de agosto de 2005 pasado. Vamos a ir leyendo este texto y haciendo reflexiones. Si le parece comience.

-Dice Marcipar: "Wells escribe en su obra de ficción La Guerra de los Mundos acerca de una invasión de extraterrestres de Marte. Introduce su obra: «Nadie hubiera creído en los últimos años del siglo XIX que las cosas humanas fueran escudriñadas aguda y atentamente por inteligencias superiores a la del hombre y mortales, sin embargo, como la de éste...». Compara a los hombres siendo examinados por los marcianos tal como investigamos a los gérmenes a la lente del microscopio. Nos pondera diciendo que «con infinita suficiencia iban y venían los hombres por el mundo, ocupándose en sus asuntillos, serenos en la seguridad de su imperio sobre la materia» Tal incredulidad y ficción de omnipotencia es la que permite a los arrogantes, orgullosos, corruptos y terroristas que actuaron siempre, atraparnos en un mundo de angustia y depresión". Primera reflexión, Candi.

-Ciertamente es así. La omnipotencia parece ser parte de la esencia humana. Homero, cuando alude a la batalla de los Aqueos y los Troyanos, dice que los dioses del Olimpo se dividieron y mientras unos apoyaban a los hombres de Aquiles, otros lo hacían con el enemigo. El canto Veinte de la Ilíada, que él llama "el combate de los dioses", es también toda una alegoría de la naturaleza psíquica del ser humano, un ser humano que se cree omnipotente hasta que el propio Zeus (en este caso la vida o el Dios único) pone las cosas en su lugar. Siga.

-"El Rabino Ezriel Tauber -dice Gerardo- en su prefacio al libro Escoge la Vida escribe que el hombre ha inventado dos grandes instrumentos que le han dado acceso a mundos que de otra manera estarían ocultos para el ojo humano: el telescopio y el microscopio. El telescopio ayuda a investigar las estrellas del universo, mientras que el microscopio ayuda a ver dentro del universo. En forma similar, hay dos grandes métodos que nos dan acceso al conocimiento de uno mismo que de otra manera estarían ocultos a simple vista: dándose cuenta qué tan pequeño es uno y a la vez dándose cuenta qué tan grande uno es. La arrogancia, el orgullo, etcétera, son fracasos del hombre donde la indulgencia de uno mismo lo lleva a negar a otros. Para corregir este tipo de fracaso humano se requiere de un telescopio espiritual. Mira hacia los cielos y mira lo que D's ha hecho; si uno hace esto, ¿cuánto tiempo puede permanecer orgulloso? Después de todo, ¿qué es el hombre comparado con D's? Ni siquiera una hormiga comparada con una persona. Por otro lado, ser condescendiente acerca de la insignificancia del ser humano tampoco es bueno para la humanidad. Cuando pensamos que nuestros actos no tienen importancia es el momento preciso de sacar el microscopio espiritual e indagar cuánto significa y cuánto vale cada momento que vivimos. Podemos así ver las cosas que nos rodean, aprender de ellas y actuar en consecuencia", dice el amigo.

-Antes de proseguir aclaro que la palabra Dios, pronunciada por nuestro amigo, está abreviada por el autor del texto en virtud de su principio religioso y hemos querido respetar esa circunstancia del escrito. Siguiendo diré que extraño mucho los viajes frecuentes que solía hacer a la localidad serrana de La Cumbrecita. Una de las cosas que me permitían esos viajes eran el contacto íntimo con la naturaleza y, sobre todo, la visión inconmensurable de la Vía Láctea a simple vista en las noches diáfanas. Ante un cielo infinito, poblado de cientos de miles de estrellas observables a simple vista uno puede comprender no sólo cuán limitado es el poder humano, sino cuán insignificantes son ciertas cosas que forman parte del mundo, especialmente cosas materiales.

-Es cierto.

-De todos modos, y como bien dice el amigo, y como en algún momento hemos sostenido nosotros aquí, también la insignificancia termina y adquiere todo su valor cuando observamos el milagro de la vida a través del microscopio.

-¿Seguimos mañana?

-Con gusto.

Candi II
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