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 sábado, 09 de julio de 2005  
Editorial
Merecido premio a un poeta

Juan Gelman ha sido honrado en Chile con el Premio Pablo Neruda. La distinción no sólo reconoce el innegable valor de una obra que amplía las fronteras de la lengua española sino también la importancia de un ejemplo ético indisolublemente vinculado con el compromiso por una sociedad mejor.

Si la poesía argentina de las últimas décadas debiera elegir un nombre emblemático, uno de los principales candidatos sería el de Juan Gelman. El creador de libros fundamentales como "Gotán" y "Los poemas de Sidney West" no sólo es, en efecto, el protagonista de una aventura audaz en el terreno del lenguaje sino que además demostró que la literatura no debe estar separada del compromiso social y político. A sus setenta y cinco años, el reconocimiento internacional para su obra y su figura crece: el pasado miércoles recibió de manos del presidente chileno Ricardo Lagos la edición 2005 del Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda. Y aunque los lauros no constituyan un baremo adecuado para medir la magnitud de sus logros literarios y su ejemplo ético, sin dudas que ayudan a expandir el conocimiento de sus libros y recompensan toda una vida de trabajo y lucha.

Con una severa autocrítica y una visión ajena a certezas consoladoras recibió el poeta la distinción de manos del jefe de Estado trasandino. "Esto es un reconocimiento a quienes, famosos o desconocidos, insisten en el afán de dar palabras al centro de sus obsesiones aun sabiendo que no hay centro y todo es intemperie", dijo Gelman, tan conmovedor como conmovido. Y cuánto se puede aprender de esas palabras, sobre todo si se recuerda que partieron de la boca de quien durante la década del setenta fue un convencido militante revolucionario y adherente a la lucha armada. He allí el valor moral del ejemplo gelmaniano: asumiendo los errores cometidos, en ningún caso renuncia al objetivo de mejorar la vida de los hombres sobre la tierra con el ideal como telón de fondo insustituible.

"No vale la pena mirar un mapamundi en el que no figure el país de la utopía", aseguró quien sufrió la pérdida de su hijo y de su nuera embarazada de siete meses, secuestrados y ejecutados por la represión ilegal durante la última dictadura. El encuentro con su nieta, que fue criada por una familia uruguaya, constituye uno de los episodios más emocionantes de la gesta de los organismos de derechos humanos para encontrar a los hijos de desaparecidos.

Poco tiempo atrás el poeta había recibido otro lauro: el premio Reina Sofía, uno de los más importantes en el ámbito de la lengua española. Ojalá que ambas distinciones le otorguen a Gelman lo que él con seguridad más valora: lectores, lectores y lectores.


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