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 sábado, 09 de julio de 2005  
La angustiosa búsqueda de los que nunca llegaron a destino

Londres. - Ayer Londres descubrió una nueva clase de habitantes: los que buscan a sus familiares desaparecidos en los atentados del jueves. Familiares y amigos de los que faltan se han lanzado a las calles con fotos, descripciones de los perdidos y un número de teléfono. Nadie podía decir ayer cuántos son los desaparecidos en Londres.

Pegan esta información en los lugares de alta circulación. La policía les ha pedido que esperen la llamada de las autoridades, que no acudan a los hospitales, que están saturados. Pero ellos simplemente siguen en la calle y reparten los carteles caseros por la ciudad. También acuden a los centros médicos y dejan los datos y foto. Dicen que es "por si acaso, por si tienen internadas a personas sin identificar todavía".

La responsable del servicio de Salud de Londres, Julie Dent, ha pedido a los ciudadanos que utilicen ese servicio y no busquen a las víctimas en los hospitales. Que esperen a ser llamados por teléfono. Pero la angustia es demasiada, y por eso siguen en las calles.

Desde la plaza de Tavistock, Jamie Gordon, un empleado de 30 años de una empresa de la City, sonríe a la cámara. Está sentado en el sofá de un pub. Viste camisa y corbata rosas. "¿Ha visto a este hombre?", se pregunta en el texto. "Por favor, ayúdenos a encontrarlo. Está desaparecido desde los atentados de ayer. Esta fotografía fue tomada el miércoles por la noche. Mide 1,84, tiene el pelo moreno un poco largo y un tatuaje rojo en el brazo izquierdo". Dan el número de teléfono de su empresa, de la que partió el pasado miércoles por la tarde con varios compañeros de trabajo "a tomar unas cervezas para celebrar el cumpleaños de uno de sus amigos de la oficina", según cuenta Carrie, que trabaja con él. El número de James, soltero, ya se lo ha aprendido de memoria mucha gente en su compañía. "Su familia está muy preocupada, nadie sabe nada de él. Hemos recibido como unas 40 llamadas pero ninguna nos ofrece información fiable".

Los hospitales de Paddington y Royal London -uno de los más antiguos de la ciudad y donde ha acudido por la mañana de visita la reina de Inglaterra- son los que reúnen el mayor número de personas sin identificar.

Desde allí acaban de llegar Tracy y dos amigas americanas más al Hospital de St. Mary's, a donde trasladaron hasta 40 heridos por la bomba de Edwgare Road Station. Todavía hay un centenar de personas ingresadas en centros médicos, 22 en estado crítico. El grupo también reparte folios con la foto de una amiga suya. Se llama Monika Suchocka, polaca, tiene 23 años. "Trabaja con nosotras en una empresa de informática. Estaba en King's Cross cuando explotaron las bombas. Sus padres viven en Polonia y no pueden venir aquí, por eso hemos salido nosotras a buscarla", dice Tracy, a la que todo esto trae el recuerdo del 11-S.
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