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 lunes, 20 de junio de 2005  
El narcotráfico impone el culto a la Santa Muerte en la frontera mexicana
Los sicarios piden protección para matar a rivales. Dos millones de adeptos y macabros santuarios

Un culto a la muerte que venera a una figura esquelética que porta una guadaña está creciendo en ciudades mexicanas cercanas a la frontera con Texas, donde cientos de personas han muerto este año por una guerra entre narcotraficantes.

El centenario culto pagano a la Santa Muerte ha tomado fuerza en los últimos

años en México y tiene dos millones de adeptos, desde importantes políticos a secuestradores y hasta pandilleros.

El regreso del culto comenzó en la ciudad de México. Ahora, santuarios de la macabra figura se encuentran en las carreteras próximas a la frontera con Estados Unidos en la ciudad de Nuevo Laredo, donde más de 45 personas han sido asesinadas en enfrentamientos relacionados con el narcotráfico este año. Tiendas de artesanías y puestos conocidos como "hierberías", que venden pociones y otros artículos esotéricos, ofrecen actualmente talismanes y estatuillas de la Santa Muerte.

Algunas hierberías venden figuras hechas con huesos que llegan a medir un metro de alto, mientras que otras ofrecen talismanes discretos, velas y amuletos, que según los vendedores son comprados más rápido que las versiones de la mucho más venerada Virgen de Guadalupe.

"Lo que más se vende es la Santa Muerte porque las personas le piden. Es lo que más compran aquí", dijo Guadalupe Mérida, en un mercado de artesanías.

Más de 500 personas han sido asesinadas en México este año por la guerra de la droga, la mayoría de ellas narcotraficantes del norteño estado de Sinaloa y del cartel del Golfo, que opera en Tamaulipas. Soldados y policías federales iniciaron patrullajes en Nuevo Laredo y prácticamente desintegraron a la policía local, acusada de corrupción, para tratar de detener los asesinatos.

"Qué mayor homenaje a la Santa Muerte que entregarle todos los días varias personas. Se está volviendo un culto salvaje, brutal en algunos casos", dijo Homero Aridjis, un escritor cuyo libro sobre el culto acumula ya cinco ediciones.


Oscuros favores
La violencia llegó a su punto más alto la semana pasada en Nuevo Laredo cuando sicarios de la droga asesinaron al jefe de seguridad de la ciudad, Alejandro Domínguez, apenas unas horas después de haber asumido el cargo.

Al menos dos asesinatos más han ocurrido en la ciudad desde que las tropas iniciaron los patrullajes. Aridjis, quien ha seguido el crecimiento del culto a la muerte en México, cree que los traficantes de droga piden a la Santa Muerte favores que no pueden pedirles a santos venerados por la

Iglesia en México, el segundo país con mayor número de católicos en el mundo.

"Ellos dicen: «Te pido que me protejas este día o esta noche porque voy a cometer un crimen. Voy a pasar drogas a Estados Unidos, voy a emboscar a mis enemigos»", explico Aridjis. Además, los residentes locales no relacionados con el crimen piden a la santa, también conocida como La Niña Blanca, que mantenga a sus seres amados lejos de la trayectoria de una bala perdida, o a sus hijos fuera del crimen.

"La gente común vive una psicosis de miedo, de terror y pide protección para su familia", aseguró Aridjis. (Reuters)
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