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 viernes, 13 de mayo de 2005  
EEUU justifica su actuación tras el incidente de la avioneta
Nuevas medidas de seguridad incluyen el uso de rayos láser para advertir a los pilotos despistados

Washington. - Un portavoz de la Fuerza Aérea de Estados Unidos defendió ayer la actuación del cuerpo militar durante el incidente ocurrido el miércoles, cuando una avioneta privada desató la máxima alarma antiterrorista en Washington al entrar en el espacio aéreo restringido sobre la capital estadounidense, y obligó a la evacuación de la Casa Blanca y el Capitolio.

"Estamos muy satisfechos con la rapidez con la que se resolvió el incidente", declaró en la televisión norteamericana Keith Snyder, portavoz del Comando de Defensa Aérea de Estados Unidos (Norad).

Algunos periodistas habían preguntado a Snyder si efectivamente se podría haber evitado una catástrofe en el caso de que el piloto de la avioneta hubiese tenido intenciones terroristas, en alusión a los atentados perpetrados el 11 de septiembre de 2001 contra Washington y Nueva York.

Asimismo, el portavoz presidencial Scott McClellan aseguró que el servicio secreto de Estados Unidos no tenía porqué informarle al presidente George W. Bush que la Casa Blanca estaba siendo evacuada, mientras él paseaba en bicicleta, porque el presidente no estaba en peligro.

La avioneta monomotor del tipo Cessna se había acercado a una distancia de seis kilómetros de la Casa Blanca. Las fuerzas de seguridad ordenaron a las miles de personas que se encontraban en esos momentos en la Casa Blanca y en el Congreso de Washington que abandonaran esos edificios en menos de dos minutos. La alarma fue levantada media hora después.

Snyder aseguró que el ejército había comprobado oportunamente que la pequeña nave no suponía ninguna amenaza, aunque necesitó algún tiempo para llamar la atención del piloto y obligarlo a que abandonara la zona de exclusión aérea sobre Washington.

El portavoz anunció que este mismo mes entrarán en vigor nuevas medidas de seguridad, planeadas desde hace tiempo, que incluyen el uso de rayos láser para advertir a los pilotos despistados que sobrevuelen la capital estadounidense.

Según el diario The Washington Post, el espacio aéreo sobre Washington es violado en promedio tres veces diarias, en la mayoría de los casos por pilotos aficionados que no leen correctamente los mapas. A esos pilotos se les muestra desde un helicóptero militar un letrero gigante con la orden de ponerse en contacto por radio con el control en tierra.


Protocolos secretos
Mientras tanto, el portavoz de la Casa Blanca Scott McClellan fue insistentemente interrogado por la prensa sobre porqué no se había informado a Bush durante el incidente de la avioneta. McClellan contestó que el servicio secreto siguió los procedimientos correctos y que el presidente estaba satisfecho por la forma en la que se manejó. Bush "tiene una confianza enorme en su personal de seguridad", afirmó.

El portavoz no abordó la cuestión de qué hubiera pasado si el presidente hubiese sido informado, en caso de tener que decidir si la avioneta intrusa debería ser derribada. Ni la Casa Blanca ni el Pentágono han revelado los llamados protocolos, que dicen quién puede ordenar el derribo de una aeronave.

Aunque se siguió el procedimiento adecuado, McClellan dijo que la Casa Blanca y el servicio secreto, que protege al presidente, igualmente revisarán las medidas de seguridad después del incidente que hizo que el nivel de alerta subiera a "rojo", hasta que se avisó que no había peligro.

"Siempre que hay una situación como esta, habrá una revisión, y si se tienen que hacer mejoras, se harán", dijo el portavoz.

Bush no estaba en la zona, pero la primera dama Laura Bush y Nancy Reagan, ex primera dama que se encontraba de visita, fueron llevadas a un sitio seguro. Lo mismo pasó con el vicepresidente estadounidense Dick Cheney, quien estaba en la Casa Blanca.

"El personal de seguridad que estaba viajando con el presidente estaba informado de la situación mientras se desarrollaba, por lo que estaban en contacto cercano con los funcionarios de aquí, en la Casa Blanca", dijo McClellan.

"Nunca se consideró que el presidente estuviera en peligro, y los protocolos que entraron en vigencia después del ataque del 11 de septiembre de 2001 se siguieron en esta instancia", agregó.
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Una avioneta privada desató la alerta antiterrorista.

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