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 jueves, 12 de mayo de 2005  
Falta de mérito al líder de Los Monos por un crimen
La Justicia no halló pruebas para imputar a Máximo Ariel Cantero la muerte de un muchacho en marzo de 2004

La historia de sangrientas venganzas entre Los Monos y Los Garompas, los dos clanes que en los últimos años asolaron el barrio Las Flores en una pelea a muerte por el control del tráfico de drogas y los robos, volvió a dejar interrogantes abiertos. Un juez penal no halló pruebas suficientes en contra de Máximo Ariel Cantero, sindicado por la policía como el líder de Los Monos, y le otorgó la "falta de mérito" en la investigación de un crimen mafioso.

"Está bien, perdí", dijo Cantero el 26 de octubre del año pasado cuando pesquisas de Unidades Especiales lo detuvieron en su casa de pasaje 1819 y Rouillón, en el sudoeste rosarino. Los investigadores lo tenían en la mira por el brutal asesinato de Omar Fernando Corzo, un muchacho de 26 años conocido como el Gordo Pel que era sindicado como lugarteniente de Los Garompas y cuyo cadáver mutilado fue encontrado el 30 de marzo de 2004, enterrado en unos cañaverales que se levantan a 400 metros de la casa donde apresaron al Mono Cantero. En la vivienda del acusado, los pesquisas hallaron una pistola Taurus 9 milímetros, gran cantidad de balas y un equipo de comunicaciones Ikon sintonizado en "frecuencia policial", lo que le valió a Cantero un procesamiento por acopio indebido de armas y municiones.

La muerte de Corzo es investigada por el juez de Instrucción Nº3, Luis María Caterina, quien tropezó con el escollo de no poder reunir pruebas concretas en contra de Cantero, único acusado hasta ese momento. Por eso le dictó "falta de mérito". Esto pone al imputado en una situación menos comprometida, aunque no lo aleja de la investigación.

El crimen de Corzo se descubrió el 30 de marzo de 2004. El joven había desaparecido un par de semanas antes cuando dos personas lo fueron a buscar a su casa de barrio Las Flores y se lo llevaron sin rumbo conocido. Habría sido porque el Gordo Pel estuvo involucrado en el ataque a tiros contra un familiar de Cantero, algo que la Justicia no pudo confirmar.

La madre de Corzo se enteró de la desaparición de su hijo cuando regresó de un viaje y supo, mediante testigos, que se lo habían llevado "dos hombres". La noticia se la acercó un muchacho de Los Monos. Ese testigo le habría contado con ciertos detalles el final que tuvo Omar, con Cantero como principal responsable, y llegó hasta señalar aproximadamente el lugar donde estaba enterrado.

La mujer transmitió los datos a la policía y así comenzaron a buscar a Corzo en una zona de descampados al oeste de Circunvalación. Lo hallaron bajo un montículo de tierra removida: tenía los dedos de las manos seccionados y, según la autopsia, un "hematoma subdural".

Desde ese momento, los detectives concentraron sus esfuerzos en detener a Cantero, pero el presunto líder de Los Monos se esfumó y recién fue localizado a mediados de octubre, cuando vivía muy lejos de Las Flores, aunque periódicamente iba al barrio desde el que construyó su figura de líder cruzando a caballo la zona de quintas del suroeste rosarino.

La instrucción llevada a cabo por el juez Caterina no pudo reunir las pruebas necesarias, más que el testimonio de la madre de la víctima. "El único elemento incriminatorio resultó ser el testimonio de la madre de Corzo", sostuvo el magistrado. "Esos dichos y las armas halladas en la casa (del imputado) no resultan suficientes para atribuirle responsabilidad en el hecho", añadió.

En cuanto a las armas que la policía incautó en el domicilio de Cantero, Caterina llegó a la conclusión de que se trató "de una acumulación que excede los límites de la necesidad de un particular". Y decidió imputarle portación dolosa, es decir con probable intención de cometer delitos. "Por el tipo de arma y la cantidad de municiones se concluye que no puede ser para uso deportivo o de un coleccionista".

Actualmente Cantero está en la cárcel de Coronda y ya podría recuperar la libertad, porque el acopio de armas es un delito excarcelable. Pero el más famoso de Los Monos tiene cuentas pendientes con la Justicia federal de Corrientes, que en 2000 lo condenó a 4 años de prisión por el tráfico de 91 kilos de marihuana a Rosario.
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