La violencia no tiene fin en Irak: hubo 72 muertos

Bagdad. - Al menos 72 personas murieron ayer en Irak tras una serie de atentados suicidas con bombas, con lo que ascendió a casi 400 el número de iraquíes muertos en ataques guerrilleros desde la inauguración de un nuevo gobierno hace dos semanas. En la ciudad natal de Saddam Hussein, Tikrit, un suicida hizo estallar su coche entre una multitud de trabajadores, principalmente shiítas procedentes del sur de Irak, que se habían reunido para buscar empleo.

La policía dijo que al menos 33 personas murieron y 80 resultaron heridas en ese ataque, uno de los cuatro atentados suicidas con bombas que ocurrieron en el día.

Un policía en el lugar de la explosión en Tikrit, 175 kilómetros al norte de Bagdad, dijo que ésta tuvo lugar cerca de una comisaría de la policía, pero que el objetivo era la multitud de trabajadores.

El grupo extremista Ejército de Ansar al-Sunna se atribuyó la responsabilidad del atentado en una declaración de Internet, diciendo que las personas alcanzadas por la bomba trabajaban en las bases estadounidenses cercanas.

Los rebeldes, principalmente sunitas, han atentado a menudo contra los shiítas, generando temores de que están intentando impulsar una guerra civil sectaria.

En la ciudad de Hawija, en el suroeste de la estratégica ciudad petrolera de Kirkuk, en el norte de Irak, un suicida entró en un centro de reclutamiento del ejército y detonó su cinturón de explosivos, matando al menos a 33 personas e hiriendo a 34, dijeron fuentes hospitalarias.

Un tercer suicida hizo estallar su vehículo cerca de una comisaría en el barrio de Dora en el sur de Bagdad, matando al menos a tres civiles. La policía dijo que el suicida estaba intentando llegar a la comisaría, pero que hizo estallar su coche antes de alcanzar el edificio.

Un ataque con un coche bomba contra una patrulla de policía en el distrito Mansur de Bagdad mató a dos policías y a un civil, dijeron responsables del Ministerio del Interior.

Los insurgentes han secuestrado también a dos rehenes extranjeros, un ingeniero australiano capturado en Bagdad a finales de abril y a un trabajador japonés de seguridad que fue raptado el domingo en el oeste de la capital.