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 miércoles, 02 de marzo de 2005  
La salida del default se vuelve un caso testigo

La fórmula argentina para salir del default aporta nuevas reglas de juego para este tipo de situaciones de crisis, dijeron ayer analistas y economistas en un foro sobre economía argentina realizado en Washington.

La situación puede haber generado un nuevo orden financiero internacional, en el que los países tendrán más conciencia de su capacidad negociadora para reducir el peso de sus deudas, dijeron.

"La Argentina está haciendo pensar sobre un nuevo orden financiero internacional. Ha cambiado las reglas de juego. Hay lecciones importantes que se aprendieron, como que el soberano tiene mucho poder. Los acreedores están extremadamente atomizados y el deudor es uno, así que tiene mucha ventaja en la negociación", dijo el ex viceministro de economía Miguel Kiguel.

"Muchos países que tienen deudas muy altas y que son un gran peso ahora van a empezar a pensar sobre una alternativa para reducir ese gran peso, sabiendo que el mundo puede llegar a aceptarlo", opinó Kiguel.

"Es muy difícil hacer que un soberano cumpla con un contrato. Lo que importa es la voluntad de pago, tanto como la capacidad de pago", añadió.

En tanto, Vladimir Werning, de la consultora JP Morgan Chase, también cree que el éxito de Argentina va a llevar a otros países a pensar en términos diferentes, pero sólo si se vieron obligados a declarar cesantía de pagos y están frente a la posibilidad de una reestructuración.

"No creo que los países tengan ahora nuevos incentivos para declarar default", dijo Werning. "Lo que puede suceder es que una vez que declararon la cesantía, saben que pueden ganar más en las negociaciones para reestructurar".

Lo mismo opinó Claudio Loser, ex director del FMI para América Latina. "Este no es un modelo para otros países porque los costos para Argentina fueron extremadamente altos", dijo Loser. "Esto no fue una victoria, sino un reconocimiento de la incapacidad de Argentina de pagar".

Para Werning, pensar que la quita del 70% fue una transferencia neta de recursos de inversores extranjeros para los argentinos es un error. "Esta no es una deuda externa. El 50% de la deuda está en manos de argentinos, sea en bonos offshore o de diferentes formas", dijo Werning.

Loser acotó que "tras la reestructuración, Argentina necesitará atraer nuevos capitales extranjeros, y los que ahora aceptaron la reestructuración, están contentos de haber logrado cobrar 30 centavos por cada dólar invertido, en lugar de nada, pero eso no quiere decir que van a querer volver a invertir en Argentina".
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