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 miércoles, 26 de enero de 2005  
La italianidad en Rosario

No es necesario ser un estudioso para advertir la formidable trascendencia que ha logrado Rosario en el aspecto cultural. Si de cultura hablamos, el patrimonio cultural italiano es reconocido internacionalmente como el más importante del mundo. La colectividad italiana en Rosario es, sin duda, la más significativa, al menos en su aspecto numérico. Me pregunto entonces qué posición ocupa actualmente la cultura italiana en el medio cultural rosarino. Sólo a esos fines me permito compararla con otras colectividades. Hecho un somero análisis no quedará sino elogiar a la colectividad española que puede exhibir desde un parque de España con un Complejo Cultural y Colegio hasta un Instituto Argentino de Cultura Hispánica, sin contar los sucesos logrados últimamente. Esto no es obra de la casualidad, sino el resultado de años de trabajo. Debe interpretarse entonces, que la colectividad italiana y más específicamente los organismos que la representan, son incapaces de elaborar un programa que logre ubicar a la cultura italiana en el lugar que sin duda merece. Esto suele ocurrir cuando los esfuerzos se concentran demasiado en metas individuales que acostumbran contemplar más la promoción personal que el logro colectivo. Observamos, además, que se desvanecen proyectos sin que se conozcan las razones. Del parque Italia, por ejemplo, por el que se lo interesó para su realización al propio presidente de la República Italiana en ocasión de su visita a Rosario, sólo quedan, como opacos recuerdos, su maqueta y un borrascoso conflicto entre asociaciones italianas que aportaron dinero para su inicio y que nunca les fue devuelto. Qué fue lo que impidió su concreción en terrenos ya cedidos por la Municipalidad en un estupendo lugar aún hoy es un enigma. Quien conozca el final de esta historia ha preferido no hacerla pública esperando, quizá, que el olvido encubra la frustración. La República de Italia puede crear, a solicitud de la comunidad italiana interesada, los llamados Istituto Italiano di Cultura. Están destinados a difundir cultura e idioma italiano además de realizar otras importantes gestiones. En la República Argentina existen dos de esos Institutos: uno, obviamente, en Buenos Aires y el otro se encuentra en Córdoba (http://www.iic-cordoba.com.ar), inaugurado hace ya 18 años. En mi opinión, Rosario podría haber contado con un instituto similar, así sea imitando a lo hecho en Córdoba. Frente a esa carencia de iniciativa, el Consulado debió, a mi parecer, promoverla, ya que ese instituto funcionaría como su oficina cultural. Ahora bien. De cómo los cónsules intervienen, aconsejan, organizan, sugieren, asisten o establecen políticas en bien de la italianidad toda es un asunto a examinar. De acuerdo a lo observado a través del tiempo, no es esperable que a los cónsules se les ocurra encabezar algún propósito trascendente. Otras cuestiones, sin entrar a considerar si el comportamiento que han tenido algunos de ellos es el que se espera de un diplomático, ocupan seguramente su bien cotizado tiempo. El escaso interés observado a nivel consular en la difusión de la cultura, por nombrar uno de las temas, quizá sea la proporcionada respuesta a la precaria gestión de las mismas organizaciones italianas a las que sólo parece reanimarlas la proximidad de un acto eleccionario. Suele suceder, de acuerdo a mi experiencia, que cuando sectores involucrados conviven en una especie de tolerancia mutua y obtienen de esa manera algún provecho, obvian sus controversias y desdeñan a los verdaderos propósitos de los cargos que ostentan. Los magros resultados tardan en verse pero finalmente se comprueban. A todo esto, la colectividad española está gestionando que una filial del Instituto Cervantes se abra en Rosario. Ojalá lo logren. Rosario lo merece y ellos también.

Dr. Miguel Angel Mancino
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