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 domingo, 23 de enero de 2005  
El presidente aconsejó al gobernador
Duhalde espera que la confrontación con Solá se dirima en las urnas
Mientras se busca garantizar la gobernabilidad, ambos dirigentes se preparan para las internas bonaerenses

La tensión generada entre el gobernador Felipe Solá y los legisladores duhaldistas tras el veto del presupuesto votado por la Cámara baja provincial hallará una salida en el plano institucional, pero tendrá su correlato en el campo partidario, en un año electoral en el que el mandatario provincial peleará un espacio a la hegemonía del ex presidente.

El enfrentamiento abierto entre Solá y Duhalde -a través de sus principales colaboradores- tuvo su punto culminante en la discusión por el presupuesto provincial, aunque el trasfondo de la pelea fue netamente político.

Tan es así que los principales referentes del duhaldismo reconocen por lo bajo que el objetivo de tensar la cuerda a través de las modificaciones a la ley de presupuesto enviada por el Ejecutivo provincial fue el de "marcarle la cancha" a Solá.

Con el veto de la ley votada por los legisladores bonaerenses, acompañado de un duro discurso, Solá mostró que no está dispuesto a ceder en su intento de instalar su propio espacio político en la provincia y continuar con una gestión signada con su sello propio.

Ese gesto y sintiéndose respaldado por la Casa Rosada (Solá acompañó al presidente Néstor Kirchner en su gira por Francia) hace que desde el felipismo sientan que ganaron "una batalla importante" al duhaldismo.

En la capital francesa, Kirchner primero le pidió al jefe de la bancada de diputados nacionales y titular del PJ bonaerense, José María Díaz Bancalari, que intente una mediación y ayer mismo, un rato antes de iniciar el regreso, lo reunió con Solá para que "arreglen" las diferencias y privilegien lo institucional por sobre la disputa interna.

Ambos abandonaron la reunión concediendo que vislumbraban en su interlocutor "buena voluntad" para llegar a una solución y que la disputa no afecte la gobernabilidad.

En principio, Duhalde había deslizado solapadamente su visto bueno a esa iniciativa al sostener que Solá debía "despegar y ganarse su espacio" en el PJ provincial, pero entre sus colaboradores reconocían que "estaba molesto".

"Felipe se equivocó. No era el momento de lanzar la línea interna; tendría que haber esperado. Duhalde no está molesto por eso, sino porque no lo consultó y lo hizo a destiempo", dijo un encumbrado dirigente bonaerense que dialoga casi a diario con el ex presidente.

"Así Solá desconoce la conducción de Duhalde. Y debe entender que Duhalde puede dar un paso al costado, pero nunca se retirará del todo de la política y siempre será el conductor del PJ bonaerense", dijo un importante legislador provincial, al profundizar el pensamiento reinante en las filas duhaldistas, aunque recalcó que "en ningún momento vamos a poner en riesgo la gobernabilidad de la provincia".

El propio Solá dejó entrever su estrategia de que el sector que él lidera presente sus candidatos, al admitir que para lo que resta de su mandato, que vence en 2007, necesita "fortalecer la Legislatura".

Luego de los vaivenes de una semana agitada en el PJ bonaerense, la confianza entre los dirigentes felipistas se acrecentó, a tal punto que respetan la alianza entre Kirchner y Duhalde y saben que por el momento no se romperá, pero, a su vez, sienten que si salen airosos de las internas "deberán consultar al gobernador para tomar decisiones en Buenos Aires".
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Duhalde está molestó por las decisiones incolsultas de Solá.

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