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 miércoles, 10 de noviembre de 2004  
El Consejo de la Magistratura dio un paso más para echar a Galeano
En su descargo de casi siete horas, el magistrado evitó dar explicaciones sobre el pago al reducidor Telleldín

El juez federal Juan José Galeano dijo ayer ante el Consejo de la Magistratura que avanzó sobre la hipótesis que vincula a Siria con el atentado terrorista que derrumbó la Amia y negó haber sido presionado por Munir Menem para evitar que la investigación complicara al comerciante sirio Kanoore Edul.

Aunque efectuó un descargo ante la Comisión de Acusación del Consejo durante casi siete horas, Galeano evitó una vez más dar explicaciones sobre los 400 mil dólares pagados en 1996 al entonces detenido doblador de autos robados Carlos Telleldín, que a cambio del dinero incriminó en el atentado a un grupo de policías bonaerenses.

"No puede ser que los policías anden libremente por la calle y yo esté acá sentando, dando explicaciones", protestó Galeano en su segunda audiencia con el Consejo, que dispuso un cuarto intermedio hasta hoy, a las 11, para reanudar el interrogatorio al juez.


Delitos gravísimos
Galeano se refirió, así, al desenlace del juicio oral por el ataque a la Amia, sustanciado entre 2001 y 2004 en base a la evidencia que él reunió como juez de la causa: Telleldín y los cuatro policías a los que el magistrado encarceló y procesó como cómplices del ataque fueron absueltos por el Tribunal Oral Federal (TOF) 3, que promovió investigaciones por delitos gravísimos contra el ex instructor del expediente.

"Deberíamos ser cuatro", enunció con ironía Galeano en referencia a los jueces Guillermo Gordo, Miguel Pons y Guillermo Larrambebere, del TOF 3, que dudaron de la legitimidad de la evidencia reunida por Galeano y denunciaron al juez por casi una decena de delitos.

El juez federal Jorge Urso quedó a cargo de la denuncia por los ilícitos que habría cometido Galeano, pero aún no decidió si retendrá el caso o se declarará incompetente, dijeron fuentes judiciales.

Ayer, Galeano rechazó enfáticamente que Munir, hermano del ex presidente Carlos Menem, le haya pedido por teléfono que evitara que la pesquisa complicara al comerciante sirio Kanoore Edul, en cuya agenda fue hallado el nombre de Moshen Rabbani, diplomático iraní sobre el que pesan sospechas y una orden de captura internacional por su posible responsabilidad en el atentado.

Galeano contó que profundizó la pista siria sin hallar pruebas sólidas que vincularan al país ancestral de Menem con el ataque, que fue perpetrado el 18 de julio de 1994 y provocó 85 muertes.

"Niego enfáticamente haber recibido un llamado de Munir Menem, es de una malicia total porque esa conversación no existió", aseguró Galeano.

El juez, que afronta un proceso ante el Consejo que podría culminar con su destitución, explicó detalladamente cuál fue la situación en el caso del ciudadano brasileño Wilson Dos Santos, que días antes del atentado se presentó en el consulado argentino en Milán, Italia, para advertir que iba a cometerse el acto terrorista pero luego juró que nada sabía del hecho sino que, por azar, lo había adivinado.

Dos Santos fue testigo del caso y terminó imputado por falso testimonio. Galeano dedicó horas a los avatares del brasileño en la causa y así evitó referirse al pago a Telleldín.

Apenas llegó a contar que Telleldín, cuando ya estaba preso, pidió en 1996 una audiencia con la camarista federal Luisa Riva Aramayo, que lo visitó en prisión y a quien le confió los datos que sustentaron, luego, los arrestos de los policías Juan Ribelli, Anastasio Leal, Raúl Ibarra y Mario Bareiro, absueltos en setiembre pasado.

"Hasta ahora Galeano habló mucho pero no dio explicaciones sobre ninguno de los motivos centrales de la imputación en su contra: no habló del pago a Telleldín ni de la destrucción de pruebas, por ejemplo", se quejó un miembro del Consejo.

La situación del magistrado sigue seriamente comprometida y, de acuerdo a las voces escuchadas ayer, a nadie extrañaría que finalmente sea destituido de su cargo de juez federal de la Nación.

Para el juez, Kanoore Edul es un "gil, con todo respeto, un vivillo y un sinvergüenza" pero no tuvo vínculos con el atentado y fue víctima de "portación de apellido".
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"No puede ser que los policías anden libremente por la calle y yo esté acá", dijo Galeano.

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