Año CXXXVII Nº 48529
La Ciudad
Política
Información Gral
La Región
Opinión
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Salud 29/09
Autos 29/09
Turismo 26/09
Mujer 26/09
Economía 26/09
Señales 26/09


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 03 de octubre de 2004

Lecturas. Valiosa reedición de un estudio sobre el agro pampeano
La segunda conquista del desierto
Historia. "La Pampa gringa", de Ezequiel Gallo. Edhasa, Buenos Aires, 2004.

Alvaro Torriglia / La Capital

Armstrong, Casado, Lehmann, Rufino, etcétera. Son nombres de pueblos, calles o instituciones en toda la geografía de Santa Fe. Pero también son nombres de personas. Inmigrantes, hacendados, empresarios, comerciantes, aventureros. Los "próceres" de la pampa gringa santafesina y de la historia de su colonización, que relata Ezequiel Gallo en "La pampa gringa".

A veinte años de su aparición, la reedición de este clásico de la historiografía sobre el agro pampeano apunta a enfatizar la importancia del "factor humano" en el "descubrimiento de la geografía" por parte de inmigrantes que "tuvieron que aprender todo", desde las técnicas de trabajo en un espacio cuya inmensidad los impactaba, hasta la búsqueda de tierras aptas o la definición de la unidad de explotación.

"Entre 1870 y 1930 la Argentina aportó un claro ejemplo de una frontera al estilo estadounidense. En ese período el país asistió a un proceso de cambio económico y social. Hacia los años veinte del siglo pasado las tierras de la frontera pampeana habían sido ya ocupadas y a partir de los años cuarenta la Argentina entró en un ciclo de estancamiento económico. No es de extrañar que esta secuencia haya sido interpretada en términos turnerianos indicándose que el auge y la declinación habían sido causados por la apertura y la clausura respectivamente de la frontera pampeana", señala Gallo en el apéndice que se agrega en esta nueva publicación.

Allí discute la tesis del historiador estadounidense Frederick Turner, retomada por distintos autores en Argentina, respecto de que cualquier factor era insignificante en la explicación del éxito económico de Estados Unidos más allá de "la existencia de una vasta extensión de tierras vírgenes libres y con potencial productivo".

Pero sobre todo reivindica, al analizar el caso específico de Santa Fe, el lugar central que ocupó la experiencia de los inmigrantes dentro de la red de desarrollos comerciales, productivos e institucionales que se articularon en la colonización.

"Ciertamente las condiciones prevalentes en los mercados internacionales y e aumento de la estabilidad institucional proveyeron el marco adecuado para el proceso expansivo" en la región pampeana, señaló Gallo, para quien "un tercer factor era, sin embargo, indispensable, determinar el producto que se adecuara a las condiciones locales y satisficiera las demandas de los mercados externos".

Esa tarea, dice Gallo, sólo podía ser llevada a cabo "por aquellos que habían decidido poblarla". Así fue cómo las colonias agrícolas "se transformaron en verdaderas escuelas de agricultura" desde donde "humildes inmigrantes refutaron en el terreno, con trabajo e intuición" teorías erróneas aceptadas generalizadamente en la segunda mitad del siglo XIX, como la del geólogo alemán Burmeister, que indicaba que no había posibilidad de hacer trigo en la región pampeana.

En su recorrida por el proceso de colonización agrícola, Gallo señala "el avance desesperadamente lento" de las colonias durante las primeras dos décadas del inicio del proceso de radicación, hasta que la combinación de los cambios en la demanda mundial, los desarrollos tecnológicos derivados de la revolución industrial, los nuevos sistemas de transporte, la formación de redes comerciales, las transformaciones políticas y la experiencia de los propios protagonistas, terminaron de consolidar el boom cerealero.

La fría letra de informes consulares y bancarios, estudios económicos y documentos se hilvanan con historias asimilables a los "western" norteamericanos, que, párrafo aparte, el autor entiende como una materia pendiente en el cine nacional. Los vaivenes del negocio inmobiliario que acompañaron el proceso de toma y loteo de tierras en la provincia toma rostro humano con las historias de aventureros que amasaron y perdieron fortunas en la expansión de la frontera agrícola, y el análisis del desarrollo institucional y la integración política de esa masa de inmigrantes que "venían a hacer la América" adquiere clave dramática en el relato de los conflictos entre inmigrantes y criollos y las revoluciones de colonos santafesinos en la último década del siglo.

Gallo realiza un minucioso análisis del proceso de expansión de las colonias santafesinas, identificando a los grupos que participaron del mismo: hacendados porteños que expandían en el sur sus campos dedicados a la producción ovina, hacendados y políticos santafesinos, grandes compañías de tierras, comerciantes rosarinos y los mismos inmigrantes, que a través del arrendamiento, se movían "buscando las mejores tierras".

En línea con la literatura que apunta a desmenuzar y reivindicar la movilidad y diversidad que caracterizó al desarrollo del capitalismo agrario pampeano, Gallo destaca el peso de los comerciantes rosarinos en la colonización, las instituciones políticas que se desarrollaron al calor de ese desarrollo, como los gobiernos comunales, y el papel de la innovación en la expansión agrícola, que "también aportó uno de los elementos necesarios para promover una transformación radical en la actividad más tradicional del país: la ganadería vacuna" cuando "en menos de un par de décadas se sembraron 15 millones de hectáreas de alfalfa lo que permitió a un observador afirmar que este forraje estaba realizando la segunda conquista del desierto".

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Tecnología. La cosecha en la zona de Los Quirquinchos, allá por 1929.

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados