Obra abierta

"La conciencia de muerte es lo que nos diferencia"

El dolor y la cura son los temas de una novela que Gabriela Tagliavini escribio junto a su padre

"Recuerdos de milagros" es una novela que tiene una historia que vale la pena contar. Cuando se enteró de que su padre, Carlos Tagliavini, estaba enfermo de cáncer, la escritora y directora de cine Gabriela Tagliavini (Buenos Aires, 1968) se la propuso como una creación conjunta. Como el padre vivía en la Argentina y la hija en los Estados Unidos, cada uno escribía un capítulo y se lo enviaba al otro por correo electrónico. Así se fue desarrollando el texto que acaba de publicar Lumen, en Buenos Aires.

"Papá tenía una historia y empezamos a pensar una estructura. No teníamos muy claro el final. Cada uno escribía y tomaba decisiones", recuerda Tagliavini, en diálogo por teléfono desde Buenos Aires, donde estuvo para presentar la novela -que estará en librerías a partir de mañana- y su nueva película, "Ladies' night".

La escritura surgía con un carácter terapéutico, pero esa circunstancia no es ocasional para la autora. "Cuando hablás de algunas cosas te angustiás y cuando hablás de cosas creativas podés volar y podés vivir en ese mundo de fantasía, te metés en ese mundo y te olvidás de tu realidad, que es tan dura", dice.

"Recuerdos de milagros" está protagonizada por don Sisto, un curandero santiagueño. "Más que nada era un representante de una persona que está en paz, una persona que está plena y alegre", según Tagliavini. Llegado a su vejez, don Sisto se siente decaer y busca un discípulo. La historia comienza precisamente en el momento en que encuentra a un adolescente, el Chango, a quien adopta.

Don Sisto es víctima de una extraña enfermedad ante la cual sus poderes son inútiles. En principio lo atormenta el recuerdo de un amor frustrado pero luego el mal se ahonda y don Sisto comienza a fallar como curandero. Enfrentado por celos profesionales con los médicos de la provincia, se resuelve a viajar a Buenos Aires en busca de su cura.

"Yo pienso la novela -aclara-como un viaje sensorial, un viaje de sensaciones, miedos, dolores, colores y cosas, personas que se conocen, memorias, momentos. No se trata de una cosa cerebral, como en el género policial, donde hay que ir atando un cabo con otro cabo".

La primera novela de Tagliavini, "Los colores de la memoria", "también es sobre una persona que está muriendo. La conciencia de muerte es lo que nos diferencia de los animales. Todo eso de querer hacer arte y progresar y ser mejores viene de la conciencia de muerte. Uno tiene conciencia de muerte y quiere hacer algo con su vida, porque siente ese vacío".

Su última película, "Ladies' night", parece ofrecer en principio una historia liviana, ya que en ella una joven decide abandonar su estructurada vida, impulsada por los sentimientos que le genera un stripper que conoce en su despedida de soltera. Sin embargo, la escritora afirma que lo que le atrajo fue "la idea de que la protagonista deja todo lo que tenía planeado para tirarse a la pileta por algo nuevo. La conformidad es la muerte. Me gusta el tema de buscar, y •Ladies' night' es una película de jóvenes que tienen que pensar bien qué es lo que van a hacer".

La comparación es inevitable. "La literatura me permite ser totalmente libre, jugar con palabras, escribir cosas que no existen, volar, totalmente volar -dice Tagliavini-. En cambio el cine tiene muchas limitaciones, pero esas limitaciones me gustan, es como un desafío".

"Son dos juegos totalmente diferentes. El cine es como el ajedrez: hay que pensar cada movida, es muy técnico, es un desafío de cómo jugar y cómo ganar. El juego de la literatura es diferente. Es como nadar en una pileta, podés dar vueltas, flotar o no hacer nada y estás en otro estado. A mí uno me da estrés y el otro relajación".

También en cine. Tagliavini presentó en Buenos Aires su última película.