Año CXXXVII Nº 48529
La Ciudad
Política
Información Gral
La Región
Opinión
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Salud 29/09
Autos 29/09
Turismo 26/09
Mujer 26/09
Economía 26/09
Señales 26/09


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 03 de octubre de 2004

Beatificaron a María Ludovica de Angelis que trabajó en La Plata

Buenos Aires. - El papa Juan Pablo II beatificó hoy a Sor María Ludovica de Angelis, la religiosa de las Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia que ejerció una destacada tarea humanitaria en el Hospital de Niños de la Plata, que hoy lleva su nombre.

La multitudinaria celebración en la Plaza de San Pedro contó con una nutrida delegación argentina encabezada por el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, quien presentó ante el Pontífice la "gracia" de la beatificación.

"Ella no hubiera llegado a ser lo que fue, esa personalidad relevante, esa gran impulsora de la Salud Pública de los niños, si no hubiera sido santa. Lo que le dio grandeza fue su pequeñez. Desde su pequeñez humana respondió con fidelidad a la gracia de Dios. Llegó a ser una mujer magnánima, capaz de grandes empresas", destacó el prelado platense.

Asistieron a la ceremonia, en la que hubo otras cuatro beatificaciones, el embajador ante la Santa Sede, Carlos Custer; en secretario de Culto, Guillermo Oliveri; la vicegobernadora de Buenos Aires, Graciela Gianettassio; el presidente de la Cámara de Diputados bonaerense Osvaldo Mercuri y el intendente de La Plata, Julio Alak.

También la niña que se recuperó milagrosamente de un cáncer por intercesión de la nueva beata, su madre y el médico que comprobó el milagro.

"Sor María Ludovica fue y es un paradigma de los argentinos", destacó el Oliveri en declaraciones a DyN desde Roma.

Si bien el proceso de beatificación de la religiosa comenzó en 1987, recién en diciembre pasado la Congregación para las Causas de los Santos reconoció el milagro.

Se trata de la curación "científicamente inexplicable" de una niña platense que nació 1988 con espina bífida, las vías urinarias, vejiga y un riñón deteriorados, y las piernas inmovilizados.

Ante este cuadro, los padres llevaron a la niña hasta el panteón del cementerio local, donde se encuentran los restos mortales de la religiosa y, tras colocarla junto al féretro, comenzaron a rezarle. Inesperadamente, la enferma se apoyó en el ataúd y se puso de pie.

A los 20 meses caminó normalmente, su vejiga y riñón sanaron, y no fue necesario la intervención quirúrgica que había sido programada.

Con la beatificación, la religiosa dio un importante paso en el proceso de canonización, dado que restará que se apruebe un segundo milagro por su intercesión para ser declarada "santa".

La Iglesia argentina tiene actualmente un sólo santo -Héctor Valdivieso Sáenz- y más de un centenar de causas en distintas instancias.

Las más avanzadas son las del religioso salesiano Artémides Zatti, la niña Laura Vicuña y las religiosas María del Tránsito Cabanillas y María Ignacia March Mesa. Todos ellos en condición de beatos.

Un escalón más abajo, ya declarados "venerables", aparecen el Cura Brochero, Ceferino Namuncurá, Catalina de María Rodríguez, Leonor López de Maturana, Fray León Torres y María Crescencia Pérez.

Antonina de Angelis -tal su nombre de bautismo- nació en San Gregorio, provincia de L'Acquila, la madrugada del 24 de octubre de 1880, en el seno de una familia de humildes labradores. Fue la primogénita de ocho hermanos del matrimonio compuesto por Ludovico De Angelis y Santa Colaiani.

A pesar de la oposición de sus padres, ingresa al noviciado de las Hijas de la Misericordia en Savona y tras sus votos es enviada a la Argentina, donde durante 54 años trabajó en el Hospital de Niños de La Plata logrando que se convirtiera en una institución modelo, además de realizar una importante tarea evangelizadora en la comunidad. (DyN)

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados