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 domingo, 12 de septiembre de 2004

Entrevista. El consultor traza una radiografía de la actualidad
Carlos Fara: "Nadie le hace frente a Kirchner"
El jefe del Estado bajó considerablemente su imagen positiva pero no hay alternativas visibles en la oposición

Mauricio Maronna / La Capital

Carlos Fara es uno de los encuestadores que goza de mayor prestigio y quedó fuera del debate respecto a quienes (como Artemio López, Enrique Zuleta Puceiro o Analía del Franco) trabajan para el gobierno. El consultor político internacional regresó desde Panamá, donde fue invitado a la asunción presidencial de Martín Torrijos, tras asesorar al Partido Popular, que forma parte de la coalición que ganó las elecciones.

"La imagen positiva personal de Néstor Kirchner es del 46% y la de su gobierno del 40%", señala Fara, quien respondió en una entrevista con La Capital sobre los temas y personajes políticos que, hoy por hoy, dominan la escena: "Se generó un clima negativo: es la primera vez desde que asumió Kirchner que medimos que el pesimismo supera al optimismo en la población".

-Se abrió una dura polémica respecto a que existen encuestadores pagos por el gobierno que "fabricaron" durante meses una imagen positiva del presidente que en realidad no existió. ¿Tuvo alguna vez Kirchner 80% de imagen positiva?

-Sí. En los primeros 30 días de gobierno tenía 79%. Luego se instaló en una meseta del 70% y, en diciembre de 2003, cayó a 64%. Su gobierno empezó con 77% y luego pasó a casi 60% durante la segunda parte del año pasado. Nuestra última medición refleja que su imagen positiva es del 46% y la de su gobierno del 40%.

-¿A qué atribuye la caída?

-Hay tres razones: por un lado, los aspectos de la gestión que no andan bien, como la seguridad, y cierta preocupación por la inflación o el amesetamiento económico. En segundo lugar, porque el gobierno desde marzo va detrás de los acontecimientos, y esto termina deteriorando el liderazgo porque ya no puede fijar agenda. Y en tercer lugar, cae mal el nivel de conflictividad política, ya que cuando lo ven al presidente peleándose con muchos sectores, la gente siente que pierde tiempo en peleas en vez de dedicarse a resolver problemas. Este tema de la conflictividad es importante porque genera dudas sobre la gobernabilidad, que fue uno de los dos grandes factores que definieron la elección de 2003 luego del desastre de la Alianza.

-La cuestión piquetera esta focalizada en la Capital Federal, sin embargo se transformó en clave para medir la baja del jefe del Estado a nivel nacional. ¿Cómo lo explica?

-Porque la sociedad evalúa señales que emite el gobierno, más allá de si lo afecta o no un corte de calles. El problema piquetero lo muestra al Ejecutivo sin poder establecer cierto orden público; además, la gente no distingue entre piqueteros buenos y malos. Por lo tanto, la mala imagen de D'Elía, más los hechos de la comisaría de La Boca y la asistencia de funcionarios de gobierno a un congreso de los piqueteros aliados conforman un conjunto negativo para el oficialismo.

-El debate mediático sobre Blumberg respecto a su presunta pertenencia derechista, ¿hizo mella en su imagen?

-Aún no lo medimos nuevamente. Pero no creo que el mote ideológico sea el problema de Blumberg. Por otra parte, su eventual identificación con la derecha no es el perfil que registra en las encuestas.

-¿Quiénes serían hoy los principales rivales de Kirchner de cara a una reelección?

-La verdad es que no existe ninguno que le pueda hacer frente. Porque si uno pregunta de manera espontánea a quién votaría hoy para presidente, el 27% opta por Kirchner y el 57% no sabe. López Murphy se ubica segundo, con el 4%. Si uno consulta acerca de a quién votaría si se presentasen los mismos candidatos de 2003, Kirchner obtiene el 37%, Carrió el 9, Menem el 8 y López Murphy el 7. Por ahora no hay alternativas en la cabeza de la sociedad.

-¿Cuál es el análisis de la gestión del gobierno?

-Creo que los problemas que enfrenta los iba a tener cualquier gobierno, y que nadie esperaba magia. Ese no es el punto. La cuestión es que se quedó sin agenda. Los primeros 10 meses fueron muy cómodos, le sobraba juego. Ahora no sorprende con nada, ni a los medios ni a la gente ni a la dirigencia política. Empieza a instalarse la sensación de calle de que no pasa demasiado. Da la impresión de que en varios temas, o no tiene iniciativas o avanza lento. Más allá de que no sea la gran prioridad, es llamativo que después de 15 meses no haya podido enviar la reforma política al Congreso.

-¿Cómo miden los ministros?

-En nuestras mediciones, siempre el ministro con mejor imagen fue Alicia Kirchner. Luego de ella ahora tenemos al canciller Rafael Bielsa, quien desplazó a Roberto Lavagna. No se puede hablar de un peor ministro porque hay algunos con poco conocimiento público, como Oscar Parrilli. El presidente es la figura con mejor imagen; si él baja, los otros también se deterioran.

-¿Cómo observa la sociedad a Eduardo Duhalde?

-Es difícil decirlo, porque creo que el indicador de imagen no registra el reconocimiento a Duhalde como piloto en el medio de la crisis. Su imagen personal no es buena, pero esto no es representativo de su liderazgo.

-¿Qué futuro electoral tiene Elisa Carrió?

-Da la impresión de que en el próximo turno en Capital Federal le irá bien, con posibilidades de ganar, y eso arrastrará en parte al ARI de la provincia de Buenos Aires. Pero es una elección legislativa. Si no arma algo más sólido, puede ser que en 2007 tenga las mismas limitaciones que en 2003.

-¿Cómo influyó el acto de la Esma a la hora de analizar la caída de la imagen presidencial?

-Creo que fue el principio del desgaste. Dividió innecesariamente cuando la sociedad ya no era la del segundo semestre del año pasado.

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