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 sábado, 14 de agosto de 2004

Museo de la memoria
Un espacio para la dignidad humana

El Museo de la Memoria de la ciudad de Rosario, creado por ordenanza municipal, es uno de los primeros en constituirse en América latina. Para su fundación, sus creadores siguieron las normas y criterios establecidos por la Unesco referidas a los llamados museos de la paz. Crear y sostener una institución de estas características supone, para cualquier sociedad contemporánea, un verdadero desafío. Ninguna sociedad sale indemne de los horrores de un genocidio, y la nuestra no es una excepción. Sus creadores lo impulsaron con la idea de que el mismo acogiera el testimonio de los sobrevivientes de una de las masacres más terribles de nuestra historia contemporánea a la vez que como un lugar de difusión permanente de los principios constitucionales que nunca debieron ser vulnerados.

Consideramos que la experiencia política de la Argentina de los años 70 debe servirnos de enseñanza para que nunca más se vulneren los valores de la dignidad humana por parte de ningún Estado. La sola idea de que en algún momento de su historia reciente el Estado argentino haya concebido la posibilidad de la creación de campos de concentración o la aplicación de tortura y desaparición forzada de personas merece una reflexión aguda y constante acerca de nuestro deber de ser custodios permanentes de los principios éticos y de justicia que deben regir la vida en sociedad. Siguiendo los principios que la impulsaron, esta joven institución, en su corto tiempo de existencia, ha dado prueba de su necesidad y eficacia: sólo en el transcurso del año 2004 más de cinco mil estudiantes de la ciudad de Rosario y sus alrededores han visitado sus muestras y asistido a recorridos pedagógicos. Se han suscrito acuerdos de colaboración con instituciones académicas del país y se mantienen estrechos contactos con otras instituciones afines en el país y el extranjero como el Museo de la Cruz Roja con sede en Ginebra y el Museo del Holocausto de Buenos Aires. El Museo de la Memoria es poseedor de un valioso patrimonio bibliográfico y ha constituido equipos de trabajo en las áreas de investigación y documentación. Asesora a docentes e investigadores y recibe periódicamente, como lo hace en estos días, a grupos de estudiantes extranjeros a través del Programa Ciudades Educadoras dependiente de la Secretaría de Educación de la ciudad de Rosario, quienes realizan en sus salas tareas de formación en Derechos Humanos. El Museo ha sido beneficiario de reconocimientos públicos y privados para la puesta en marcha de diferentes proyectos artísticos y/o educativos tanto por parte de la Secretaría de Cultura de la Nación como de la Fundación Antorchas entre otras instituciones. Desde su creación un número importante de artistas plásticos, juristas, investigadores de nuestra ciudad, nacionales y extranjeros, además del premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel; la presidenta de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el juez Baltasar Garzón Real de la Audiencia Nacional de España; el ex fiscal de las juntas militares Julio César Strassera, por sólo nombrar a algunas de las tantas personalidades públicas, han dictado conferencias en nuestra sede provisoria apoyando nuestro proyecto.

El Museo ha culminado en estos días con el apoyo del Archivo Nacional de la Memoria un complejo proceso de digitalización documental de causas judiciales, material de carácter imprescindible para las tareas investigativas prosiguiendo con su objetivo de constituirse en un futuro próximo en un archivo de importancia sobre todo lo referido al pasado comprendido entre los años 1976-1983. Todo esto ha permitido que un número cada vez más importante de personas -en particular sobrevivientes, familiares, juristas, investigadores- identifique a esta institución como una base permanente de información y asesoramiento de carácter inestimable en lo que respecta a la labor reconstructiva del pasado.

Las autoridades del museo sostienen con entusiasmo y firmeza este proyecto al que visualizan como un foro permanente de custodia y difusión de los ideales y valores de una democracia respetuosa de los derechos humanos y la justicia.

Sabemos que aún resta mucho por construir. Contemplamos con respeto las críticas a nuestra existencia porque el disenso es la base indispensable para la consolidación de una sociedad democrática, a la vez que auguramos un mañana en el que la conciencia acerca de la importancia del cuidado del pasado reciente sea parte sustancial del espíritu de todos los habitantes de nuestra comunidad.

Susana Llera, Ema Lucero, Iván Hernández Larguía y Federico Pagura, comisión directiva del Museo de la Memoria

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