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 sábado, 14 de agosto de 2004

Intranquilidad de los mercados ante una eventual disparada de los precios del crudo
El gobierno venezolano agita el fantasma del caos si Chávez pierde
"Nadie aceptará la derrota del presidente", dijo el ministro de Energía. Llegan a Caracas veedores de la OEA

Caracas. - A dos días del referendo que decidirá la suerte política del presidente Hugo Chávez, el gobierno venezolano alimentó el fantasma del caos si el mandatario pierde la ajustada carrera contra la oposición. El ministro de Energía, Rafael Ramírez, aseguró que "nadie" aceptará una derrota del presidente y vaticinó que los empleados de la petrolera estatal PDVSA, corazón de la economía venezolana, pararán la compañía antes de aceptar un gobierno de la oposición. La afirmación de Ramírez ratificó la posición planteada el jueves por el propio Chávez e incrementó los temores de que el ex militar, quien asegura que triunfará en la consulta, pudiera desconocer el resultado del referendo si lo obligara a abandonar el poder. "No hay manera de que él sea derrotado. No hay manera de que nuestro pueblo acepte, y ahí incluimos a nuestros obreros petroleros, una derrota del «no»", dijo Ramírez.

La posición del gobierno se hizo eco también de los temores de los mercados financieros, que durante los últimos días comenzaron a mirar a Chávez y a su política izquierdista como una alternativa más predecible que la dividida y poco articulada coalición de oposición. Sin embargo, el ministro de Defensa, Jorge García, aseguró a la televisora estatal que "las fuerzas armadas respetarán y harán respetar la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE)".

Chávez despidió el año pasado a más de 18.000 empleados de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) por apoyar un paro opositor de dos meses que buscaba sacarlo del poder. Con personal de reemplazo, jubilados y soldados puso en marcha nuevamente a la casi completamente parada firma petrolera.

El mandatario aseguró el jueves que los miles de trabajadores que reactivaron PDVSA no aceptarían una nueva directiva de la oposición y que "sí pararían la empresa". Ramírez, un cercano colaborador de Chávez y jefe del comando de campaña, vaticinó que si el presidente pierde y Venezuela entra en un período de inestabilidad el precio del petróleo se dispararía por encima de los máximos actuales. "No le veo un techo", dijo.

Venezuela, miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y quinto exportador mundial de crudo, es uno de los principales abastecedores del hidrocarburo a EEUU, que a su vez es su mayor cliente.


¿Velada amenaza?
Chávez lanzó el jueves una advertencia como la de Ramírez sobre la aceptación de una hipotética derrota, en la que incluyó además de los trabajadores de PDVSA a militares y a empleados de empresas estatales importantes. Dijo que el país comandado por los líderes de la oposición sería un fracaso porque "se le alzarían los trabajadores". "¿Cree alguien que los dignos militares venezolanos van a quedarse en los cuarteles de brazos cruzados o en sus casas de brazos cruzados a esperar que vengan los nuevos jefes militares, los golpistas, de ministros de la Defensa y jefes militares? No lo aceptarían, los conozco", dijo.

Chávez reiteró el jueves que ganará la batalla por el referendo para continuar su "revolución bonita" al menos hasta enero de 2007, cuando finaliza su gestión actual. La aceptación de los resultados del referendo, sean cuales sean, también se ha convertido en un tema para la oposición.

El portavoz de la coalición opositora Coordinadora Democrática (CD), Enrique Mendoza, dijo ayer a la prensa que "somos demócratas. Si son transparentes (los resultados) los reconoceremos, pero no con triquiñuelas". La CD, a la que Chávez llama la "coordinadora fascista", ha dicho que tienen mecanismos para saber el resultado electoral de mañana minuto a minuto y hasta amenazó con anunciar resultados si el Consejo Nacional Electoral demora en hacerlo.

El CNE admitió ayer que los resultados podrían no darse el mismo día si se extiende la jornada de votación o si la tendencia no es absolutamente clara entre el "sí" y el "no". También ha garantizado el voto secreto y la confiabilidad del proceso automatizado.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, llegó ayer a Venezuela para observar la consulta electoral a la que están convocadas 14,25 millones de electores. El diplomático hizo votos porque los resultados electorales sean confiables y respetados y que contribuyan a que el país, radicalmente polarizado en torno al presidente, retome "plenamente el camino de prosperidad y entendimiento".

También se esperaba la llegada del ex presidente estadounidense Jimmy Carter para monitorear la consulta que se perfila muy ajustada, tal como muestran algunas encuestas y las multitudinarias manifestaciones en las calles de las principales ciudades de Venezuela, tanto de la oposición como de los seguidores del ex paracaidista.

El jueves, los opositores al mandatario demostraron su fuerza con marchas por Caracas y una posterior concentración que aglutinó a varios cientos de miles de personas, cuatro días después de que el "chavismo" hiciera lo propio para apoyar el "no" y favorecer al líder de 50 años. En un mitin realizado el jueves por la noche, el militar retirado llamó a sus seguidores a salir muy temprano el domingo a sufragar para dar un resultado "apabullante, de moledor".

Para revocarlo, la oposición requiere superar el voto a favor de Chávez con al menos 3,76 millones de sufragios, cantidad que obtuvo cuando fue reelecto en 2000. (Reuters)

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Las fuerzas armadas se comprometieron a respetar el resultado electoral.

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