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 domingo, 09 de mayo de 2004

Punto de vista: Regresos con la frente marchita

Carolina Taffoni / La Capital

¿Qué podemos esperar de los grandes regresos rockeros anunciados para este año? Todos esos nombres que iban a volver a escena para poner las cosas en su lugar con su experiencia, mirando desde arriba a las bandas nuevas que siguen sacando fotocopias de gloriosos sonidos del pasado... Bueno, nada, por lo menos hasta ahora. La versión norteamericana de la revista Rolling Stone pone a Prince en la tapa, anuncia su regreso a primera división (entiéndase al negocio de las grandes discográficas) con bombos y platillos, y le regala al disco del otrora chico dorado de los años 80 cuatro estrellitas. Mucho ruido y poca música. Lo nuevo de Prince, "Musicology" (¿habrá algún título más pomposo?), no puede alcanzar ni el nivel de un "The Gold Experience". Parece que después de experimentar con material que lanzó por Internet o con discos insufribles como el triple "Emancipation" o "The Rainbow Children" (aunque más que a experimentos sonaban a juegos de millonario aburrido), a Prince le llegó la hora de tener que facturar unos billetes para mantener su imperio en Minneápolis. Entonces saca "Musicology", unos funkitos por aquí y otras baladitas por allá, pero el conejo nunca termina de salir de la galera, porque todo lo que hay en "Musicology" suena a guardado mucho tiempo atrás. En una situación diferente, más o menos lo mismo pasa con "Grown Backwards", el nuevo de David Byrne. Un sultán del ritmo como Byrne se pierde entre Bizet, Verdi y unos pastosos arreglos de cuerdas. El disco impone una noción del buen gusto como norma, y así va del preciosismo al tedio. Ni los detalles se salvan. ¿Cómo vas a invitar a un cantante increíble como Rufus Wainwright para que susurre unos coritos decorativos? ¿Cómo vas a enchastrar con cuerdas un hit como "Lazy"? El único consuelo es que estos discos sirvan como un llamado de atención. Tal vez, a falta de bandas revelación que nos deslumbren, estemos esperando demasiado de los regresos. Todavía faltan peces gordos como los Beastie Boys y Trent Reznor. Hasta se le podrían apostar algunas fichas a Morrissey. Y algún esperanzado va a comprar el próximo de The Cure. De última hay un nuevo disco de Lenny Kravitz, maestro de los ladrones de guante blanco, aunque el de él ya está bastante sucio.

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