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 domingo, 28 de marzo de 2004

Memoria. Una historia previa al golpe militar de 1976
El día que en Firmat se fueron todos
Una movilización conocida como el Firmatazo generó un vació institucional antes de la asonada del 24 de marzo

Silvia Carafa / La Capital

Premonición? Seis días antes del golpe militar el cuerpo social de Firmat se crispó y erupcionó. La contracción se conoció como el Firmatazo, que sacó de circulación al Concejo Municipal y operó como emergente de los días de sombra que ya planeaban sobre los argentinos. Los rastros que dejó aquella movilización encabezada por gremialistas metalúrgicos hay que buscarlos en los pliegues profundos de la trama común, donde a pesar de ser soslayado, el hecho no quedó insepulto. "Es típico de Firmat, que se traga su propia memoria", deslizó un testigo de aquel momento.

Pero el Firmatazo que apareció y desapareció de escena con la velocidad de un rayo, no fue el único trazo grueso en el curso sosegado de la ciudad que por entonces tenía sus fábricas a pleno y los trabajadores con un bienestar que no olvidan. También hubo cárcel y exilio. Vilma Ripoll, la actual legisladora de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (cuyo padre Juan vive en Firmat), María Elena Bayola, ahora bibliotecaria en Alemania, y Raúl Pitteti, que regresó de Roma y trabaja en el programa Redes, fueron tres firmatenses que sufrieron en carne propia los primeros coletazos del golpe.

Héctor Poeylaut era concejal por el radicalismo cuando los manifestantes llegaron al local del Concejo Deliberante, cerca de la media mañana del 19 de marzo de 1976, y por disconformidad, arremetieron contra el cuerpo y obligaron a replegar sus actividades. Por esos días Roque Vassalli renunciaba a su cargo de intendente por el Frejuli pero conservaba el fuerte apoyo de los gremios. "Fue un hecho confuso para la gente", recordó Poeylaut. Mientras se palpitaba el golpe militar, en el clima político local "era como presentir una tormenta con dos pilotos al mando y en ese caos cayó el Concejo". Aunque dijo que pasado el embate, se limaron las asperezas con el Ejecutivo para recomponer el poder legislativo en la ciudad cuando la Junta Militar asestó el golpe al corazón de los derechos y garantías. Según Poeylaut, en aquel momento ambas partes del gobierno local "éramos de primera en el sentido de que todos, aunque pudiéramos haber tenido argumentos equivocados, trabajábamos para Firmat, y en forma individual y conjunta, éramos de confianza", recordó.

Alfredo Risso formaba parte de la comisión interna de la fábrica Vassalli y en su relato, el Firmatazo arrancó como una protesta ante el Concejo, convocada por los dirigentes Armando Menna y Juan Carlos Salvadeo, que terminó desbordada. "Se comentaba que trababan a Vassalli, y en ese momento don Roque tenía el apoyo del 90 por ciento de la gente, algo inusual, nunca sucedió algo así", explicó.

Para Domingo Carrobé que por entonces, y con 25 años, tenía a su cargo la Subsecretaría de Gobierno, nunca quedó claro quien fomentó la protesta contra el Concejo. Y agregó que el repudio que comenzó con aplausos devino en disturbios y destrozos. "Fueron horas durante las cuales la gente se fue enardeciendo hasta arrancar las rejas del edificio, una vez adentro destrozaron útiles y papeles, y algunos ediles tuvieron que salir por atrás, saltando un tapial", comentó. Un piquete policial llegado desde Melincué, controló el desborde que amenazaba con terminar en algún hecho grave. En aquel momento, el Concejo estaba integrado por Guillermo Pascual, Héctor Bazet, Héctor Poeylaut, Osvaldo Rossi, Juan Carlos Bulgeroni y Pablo Real Solari, representantes del Partido Justicialista, el Frejuli, la Unión Cívica Radical y el Partido Demócrata Progresista.

El vacío legal así surgido fue lo que encontró el portavoz de las Fuerzas Armadas cuando llegó a Firmat para imponer el nuevo orden. "Me dijeron que el patrimonio municipal quedaba a mi cargo ante la renuncia del intendente y de quien lo sucedía en la línea política", relató Carrobé. Y evocó que aquel día se estaba afeitando cuando escuchó el Comunicado Nº 1 de la Junta Militar: "yo tenía un hijo de un mes y sentí miedo".

Según relató Carrobé, esa mañana policías y militares llegaron a la Municipalidad con armas y ropa de fajina, y le delegaron la función ejecutiva que siete días después recuperó Roque Vassalli, al ser designado por el gobierno militar de Santa Fe; cargo que ocupó hasta 1982.

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Raúl Pitetti y Juan Ripoll en el reencuentro.

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