Año CXXXVII Nº 48341
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
La Región
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Escenario
Economía
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Educación 27/03
Campo 27/03
Salud 24/03
Autos 24/03


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 28 de marzo de 2004

Entre los Beatles y la Revolución Cubana
La década del 60 introdujo cambios decisivos en la Modernidad, dice el historiador Ricardo Falcón

Para el historiador Ricardo Falcón, docente en la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario, no es posible pensar la década del 60 en términos generacionales restringidos. Desde la década anterior los sectores medios comenzaban a marcar el tono económico y cultural de la vida argentina de esos años. Muchos los juzgaban como una garantía de estabilidad; otros los invitaban a unirse al proletariado para impulsar cambios sociales y políticos. Por esa razón Falcón sostiene: "Yo no puedo hablar en nombre de una generación, pero sí puedo decir que junto a un grupo de gente lo vivimos de determinada manera. Y en líneas muy generales, puedo nombrar tres cambios importantes en ese momento: Los Beatles, la aparición de la píldora anticonceptiva y la Revolución Cubana".

"Los Beatles abrieron el camino hacia un mundo musical nuevo, sin el cual no sería posible pensar a músicos que vinieron detrás, como Charly García. La píldora implantó nuevos comportamientos sexuales y, en consecuencia, nuevas formas de relación entre hombres y mujeres. La Revolución Cubana, la idea de que se podía hacer un cambio social en un país como este", especifica.

En el plano sindical, la década del 60 se caracterizó por la constitución de una capa de dirigentes peronistas, asentados en los sindicatos más fuertes de la industria, que fue consolidando un proyecto burocrático sobre la base de una política de servicios a los afiliados y una doble política de confrontación y negociación con los gobiernos de turno. Pero paralelamente al desarrollo de esta corriente, cuyo representante más significativo a lo largo de esa década fue Augusto Timoteo Vandor, también se fue consolidando el sector conocido como duro o combativo del sindicalismo peronista, con un peso menor en el movimiento obrero.

"En ese momento se dio la posibilidad de una alianza inédita entre sectores obreros y artísticos. En nuestra ciudad, sin ir más lejos, eso posibilitó la emergencia de una experiencia como Tucumán Arde, cuando en 1968 un grupo de artistas de vanguardia porteños y rosarinos protagoniza una serie de acciones que se mostraron el a CGT rosarina, alineada con la CGT de los Argentinos. Esto ligó de manera inédita arte y política" puntualiza.

La militancia como práctica de compromiso con ese cambio, encontraba una forma de expresión en el folklore, especialmente a través de las letras del Nuevo Cancionero, las llamadas "de protesta". Falcón asegura: "Yo no escuchaba el Club del Clan. Mis amigos tampoco. Nosotros andábamos entre el tango de Piazzolla y Troilo, el folklore y Yasí Yateré, y La Balsa".

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Notas Relacionadas
La pasión por coleccionar y el caos de los recuerdos


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados