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 domingo, 28 de marzo de 2004

Crisis. El presidente no manifiesta interés en descomprimir el conflicto
El gobierno descalificó a la nueva cúpula del peronismo
Aníbal Fernández blanqueó el malestar de Kirchner con la flamante conducción. El único que se salvó fue Fellner

El gobierno nacional salió a descalificar ayer al congreso justicialista que se realizó en Parque Norte y volvió a profundizar sus diferencias con los gobernadores. "Se debatieron cosas de alta peluquería", fue la despectiva descripción que sobre el cónclave realizó el ministro del Interior, Aníbal Fernández. "Lo que se vio fue un peronismo vetusto", señaló el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Los dos funcionarios más políticos del presidente Néstor Kirchner graficaron con sus respectivas declaraciones el estado de beligerancia permanente que mantienen las huestes del santacruceño.

Pese al desinterés que muestra el presidente con lo que llama la liga de gobernadores, Aníbal Fernández dijo que Kirchner "no está conforme" con la nueva conducción partidaria, aunque salvó de esta impugnación colectiva al jujeño Eduardo Fellner, quien resultó elegido titular del PJ.

En línea con esa disconformidad, se sumó ayer otra renuncia al consejo nacional justicialista, la del gobernador tucumano José Alperovich.

Kirchner hizo pública su evaluación del congreso peronista del viernes en Parque Norte a través de Fernández, quien adelantó que el propio presidente se referirá al tema.

Además, el gobierno y los mandatarios provinciales aliados evaluaban los pasos a seguir y comenzaron a identificar a los congresales que iniciaron la silbatina.

Una primera evaluación apunta a representantes de las provincias de Buenos Aires, Córdoba y de varias provincias chicas.

"Al presidente no le satisface quienes están al frente de la conducción. Rescatando la figura de (el nuevo titular del consejo partidario) Eduardo Fellner, muchas de las figuras no le satisfacen", señaló Aníbal Fernández.

El titular de la cartera política aseguró que Kirchner "dará a conocer" su disconformidad acerca de las designaciones.

Uno de los primeros en conocer esta evaluación presidencial del congreso partidario en el que su esposa, la senadora Cristina Fernández de Kirchner, fue silbada por un grupo de congresales, fue el gobernador de Chubut, Mario Das Neves, quien finalmente renunció a una de las vicepresidencias.

Das Neves lo hizo luego de una conversación con el jefe del Estado, un procedimiento similar al que ayer siguió Alperovich, quien había sido electo secretario de Finanzas del consejo justicialista.

Los principales voceros presidenciales, Aníbal y Alberto Fernández, reiteraron ayer las críticas al desarrollo del congreso donde, además de la senadora Fernández de Kirchner, fue abucheado el gobernador santacruceño, Sergio Acevedo. Ambos fueron los primeros en dimitir a los cargos partidarios.

"Fue evidente que hay posiciones muy distintas y también una muestra de intolerancia enorme de muchos congresales respecto a opiniones que no les gustaron", dijo Alberto Fernández.

El jefe de los ministros resaltó que no quiere "un peronismo que se retrotraiga a discutir las bondades o el rechazo del terrorismo; eso es un peronismo vetusto, y es lo que en el fondo queda al descubierto". Lo dijo luego de admitir "desencuentros sobre algunas visiones en los últimos días respecto del acto en la Esma".

Consultado sobre si Kirchner podrá ejercer el poder con el peronismo en contra, Fernández explicó que "los gobiernos necesitan para gobernar el apoyo de la gente y el consenso social, eso es centralmente lo que necesita el poder Ejecutivo, y eso lo tiene".

Para Aníbal Fernández, en tanto, el viernes "se debatieron cosas de alta peluquería, que no es lo que le sirve al peronismo", y calificó de "espanto" al debate porque "no permitió el disenso ni, mucho menos, la generación de una traza política definida hacia donde tendría que estar apuntando el partido".

En lo que respecta a cómo quedará la relación entre el Ejecutivo y los mandatarios, Alberto Fernández dijo que no cree que haya "muchos gobernadores que estén de acuerdo con varias de las cosas que se dijeron en el congreso, y la inmensa mayoría de ellos no debe estar aprobando la actitud reflejada".

Fernández dijo que no tiene miedo de que esta interna se refleje en el Congreso nacional y que las leyes necesarias no se aprueben ya que -señaló- cree "en la seriedad de los legisladores".

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La interna larvada entre Kirchner y Duhalde vio la luz en el congreso de Parque Norte.

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