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 domingo, 28 de marzo de 2004

Lula, perdido en un laberinto de problemas
Recesión, desempleo y crisis en la coalición se suman al caso de corrupción que afecta al jefe de gabinete

Brasilia. - El cóctel parece explosivo para cualquier gobierno: año electoral, feroces críticas de sus aliados, falta de dinero y desempleo en alza. Ese el escenario que enfrenta en Brasil el presidente Lula da Silva, cuya base de apoyo lo presiona para que flexibilice su dura política de control del gasto público en un año de elecciones municipales, y algunos datos económicos, hasta ahora, tampoco parecen ayudarlo. La caída en las encuestas conocidas el viernes -sólo 34% de apoyos- ratifican el difícil panorama para Lula y su gobierno de coalición.

El instituto oficial de estadísticas mostró que el desempleo aumentó en Brasil en febrero y que el poder de compra de los salarios cayó fuertemente con respecto a los niveles de un año atrás. El dato se suma a un estudio privado que mostró que en el Gran San Pablo, donde se encuentra el mayor parque industrial del país, el desempleo creció en el segundo mes del año y en esa región ya hay casi dos millones de personas sin trabajo.

"La mezcla es explosiva para la política. Año electoral y falta de dinero. La base del gobierno es muy sensible a eso. El gobierno está haciendo un ajuste fiscal muy severo y los recursos no son liberados", dijo el columnista político del diario O Globo, Merval Pereira. "Los aliados del gobierno dependen de recursos para sus reductos electorales y en un año de elecciones en municipios es un problema que el gobierno tendrá que enfrentar", agregó.


El caso Dirceu
Desde el escándalo que estalló en febrero y que afectó al principal estratega político del gobierno, el jefe de la Casa Civil, José Dirceu, los aliados de Lula en el Congreso y en su Partido de los Trabajadores (PT) han endurecido las críticas a la política económica del presidente, caracterizada por su rigor fiscal y monetario.

El incremento del desempleo suma presión a un escenario político ya de por sí complicado. "Es estacional (el aumento del desempleo), pero no podría haber venido en una época peor. Es un dato que no debería asustar en el plano económico, pero políticamente acaba pesando", comentó el economista Fernando Montero, de la consultora Tendencias.

Lula ha tenido éxito en el combate a la inflación y se ganó la confianza de los mercados financieros en su primer año en el poder gracias a importantes reformas económicas. Sin embargo, la economía, afectada por las altas tasas de interés, tuvo una contracción del 0,2 por ciento, su peor desempeño en más de una década.

El escándalo político, además, que tuvo como centro a un directo colaborador de Dirceu, no sólo debilitó al principal estratega del gobierno sino también a la heterogénea alianza que tejió Lula el año pasado y que es fundamental para que las propuestas del gobierno avancen en el Congreso.

El influyente periódico O Estado de Sao Paulo pidió en un editorial la salida de Dirceu del gobierno. "Si el presidente no dimite a quien nombró como su primer ministro, el desmoronamiento de su gobierno será apenas una cuestión de tiempo", advirtió.

Rumores sobre la salida de Dirceu, desmentidos oficialmente, circularon por el Congreso y el mercado financiero esta semana. Los analistas han dicho de todos modos que su salida del gobierno podría ser sólo una cuestión de tiempo.


El cachetazo del PMDB
Con la base aliada desordenándose, el último cachetazo al gobierno partió del centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), dueño de la mayor bancada de senadores y de la segunda mayor de diputados, que resultó decisivo para que Lula consiguiera aprobar sus reformas económicas.

El PMDB condicionó la continuidad de su apoyo a Lula a que se implementen cambios en la política económica. Todas las peleas políticas que sacuden a Brasil estos días están signadas por la puja electoral que se avecina, especialmente en la mayor ciudad del país, San Pablo, ya que aseguran que el partido que gane la elección allí sería el más fortalecido de cara a la elección presidencial del 2006.


La lucha por San Pablo
El presidente del PMDB es Michel Temer, candidato a la alcaldía de San Pablo, actualmente gobernada por el partido de Lula. "La elección de San Pablo es la madre de todas las batallas", comentó la politóloga Lucía Hippólito.

Hasta ahora, el gobierno de Lula ha respondido a las críticas contra su política económica asegurando que el crecimiento está llegando tras el duro 2003. Pero según Pereira, el gobierno necesita que esa promesa se haga realidad y que el crecimiento esperado por Lula y los analistas económicos, de alrededor del 3,5 por ciento para este año, se cristalice en datos concretos lo más rápido posible. (Reuters)

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