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 domingo, 28 de marzo de 2004

Espeleólogos británicos inmersos en un mayúsculo conflicto teñido de intrigas
Un rescate de exploradores fue el detonante del enfrentamiento entre Fox y el Ministerio de Guerra inglés

Trece británicos, en su mayoría militares, que exploraban una cueva del centro de México fueron llevados ayer ante la fiscalía, que establecerá si violaron las leyes mexicanas al hacer investigaciones científicas sin autorización.

Los británicos, que ingresaron en México con visas de turista, podrían ser sancionados con una multa y hasta 18 meses de prisión en caso de determinarse que realizaban actividades distintas a las que declararon al entrar en el país.

La expedición de los británicos generó suspicacias en México y acabó provocando una nota de protesta a Londres por parte del gobierno, por instrucciones del propio presidente Vicente Fox quien pidió aclarar qué estaban haciendo esos militares allí. La fiscalía les tomará declaración y hará un inventario de su material de trabajo.

México indaga si los espeleólogos, once hombres y dos mujeres, exploraban el sistema de cuevas de Alpazat, en el estado de Puebla, con fines científicos o militares, o si simplemente estaban en una expedición de aventura, como argumenta el Ministerio de Defensa británico.

La presencia de los espeleólogos fue detectada después de que seis de ellos quedaron atrapados en una caverna. Sus compañeros tardaron cinco días en informar a las autoridades locales.

Los británicos se negaron a ser rescatados por expertos mexicanos y esperaron la llegada de dos buzos militares de su país especializados en buceo en cavernas.

Después del rescate, fueron llevados bajo custodia a ciudad de México, donde tuvieron que pasar la noche en instalaciones del Instituto Nacional de Migración, tras declarar durante diez horas.

Expertos mexicanos en seguridad nuclear inspeccionaron las cuevas, pero establecieron que en la zona no hay presencia de uranio, como se afirmaba.

El caso de los espeleólogos provocó malestar en el gobierno mexicano, que presentó dos exigencias formales de aclaración a Gran Bretaña.

Los espeleólogos quedaron atrapados hace diez días en la gruta, cuando aguas subterráneas alimentadas por la lluvia, anegaron parte del lugar donde se encontraban. Su rescate movilizó a unos 40 elementos del Ejército, cinco expertos en cavernas y dos buzos británicos.


Estaban bien
Los británicos aparecieron sonrientes y en buen estado de salud en el pueblo de Ayotzinapan, donde señalaron que nunca corrieron peligro. "No había peligro, siempre tuvimos un plan para esto y hemos venido aquí por 14 años", dijo Jonathan Sims, uno de los rescatados.

Vijay Rangarajan, embajador británico en México, presente en la zona, señaló que funcionarios de la Secretaría de Energía (Sener) también ingresaron a la gruta con contadores Geiger para diagnosticar si existen gases en el lugar.

La lentitud de la operación se debió a las condiciones en el interior de la cueva, parcialmente inundada, lo que obligó a los buzos a llevar tanques de oxígeno bajo el agua hasta el lugar donde se encontraban los expertos, para sacarlos de uno en uno. (DPA y AFP)

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