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 domingo, 21 de marzo de 2004

Las historias de Manuel Sánchez

Miguel Pisano / La Capital

El fútbol es el deporte de las anécdotas por excelencia. Y, si no, que a sus 76 años lo cuente el Gallego Sánchez, aquel half derecho de Tiro, Deportes Quindío, Santiago Morning, Estudiantes y Oviedo, que destapa la enésima cerveza en su chalé del barrio Jorge Cura, junto a La Chancha Piraíno y Alfredo La Spina, sus ex compañeros de las épocas de El Dorado en los años 50, cuando una generación de jugadores argentinos desembarcó en Colombia.

"Un día vino el presidente de Quindío y me contó que habían parado a un tipo en la cancha cuando me estaba por tirar un tiro. Era un policía de investigaciones que se estaba peleando con una mina en la puerta de un piringundín, ella le pateó el revólver, que cayó al lado mío y yo se lo di a la dueña del boliche, pero el tipo se enojó porque yo salía con la mina. El lunes fui a buscarlo a la alcaidía con mi amigo La Spina y me hizo pasar a la oficina, pero lo sorprendí y cuando le pregunté si era cierto que me quería matar, me negó todo", recuerda el Gallego la enésima anécdota del fútbol en los tiempos en los que los pibes trataban a los jugadores consagrados de "Usted, maestro".

-¿Dónde empezaste a jugar?

-En Libertad, el equipo del barrio, donde teníamos la camiseta de River. Y a los 17 años empecé a jugar en la cuarta de Tiro Federal, donde estuve tres o cuatro partidos y debuté en primera en un partido contra Central Córdoba.

-¿Por qué te fuiste a Colombia?

-Yo no quería jugar más en segunda y quería ser jugador. Me fui a Colombia con 20 años, después de hacer el servicio militar con el Gringo La Spina, con el que éramos compañeros de cofre, en el 11. Fui uno de los primeros en ir a Colombia. El que armó el equipo fue Fabbrini y practicábamos en Arroyo Seco, medio escondidos, porque la Fifa no quería saber nada.

-¿Cómo formaba Wanderers Argentina de Colombia, el equipo de los rosarinos?

-Luis Bianchi o el Meco Tissera; Cuello y Lombardo; Sánchez, Enrique Gonzalito González y Caruño; Casabuón, que era wing izquierdo de Central pero jugaba por derecha, Gomita Gómez, La Spina o Alarcón, Garelli y Urruti, que era chiquito y el que tenía más arrastre. Se quedó allá y le decíamos Siete machos por las minas que tenía. Salimos dos años subcampeones cuando Millonarios fue campeón, pero nunca perdíamos, y eso que jugaban Federico Vairo, Pedernera y Rossi.

-¿Ustedes cambiaron el fútbol colombiano?

-Sí, lo cambiamos porque había muy buenos jugadores en ese momento. Había ingleses, en Cúcuta estaban los uruguayos campeones del mundo en el Maracanazo y los húngaros que eran un equipo que se fueron de la revolución de los comunistas, donde jugaba Puskas. Un día jugamos contra los peruanos y los negros nos pegaron un baile bárbaro, entonces cuando terminamos Gonzalito me dijo: «Vámonos para casa». "Sí, total queda cerca", le dije.

-¿Por qué te fuiste a Chile?

-Yo quería jugar en la Argentina. El Alemán Celli quería traerme a Unión y me hizo practicar en un partido contra el seleccionado de la B, pero no quise ir porque estaba en segunda y pensaba que si jugaba en el ascenso no iba a salir más.

-¿Cómo pasaste de Estudiantes a España?

-Porque me llevó Félix Latrónico, que era el empresario más reconocido. Yo iba a jugar en Atlético de Madrid, donde jugaba el Toto Lorenzo y trabajaba para Latrónico. Estuve un mes viviendo en un hotel de Madrid, pero todos los días me levantaba temprano y me iba a practicar y a correr solo. Conmigo vivía el Flaco Minteguía, que se quedaba a dormir y en ese mes no fue nunca a practicar, pero después de varios amistosos me llevaron a jugar a Oviedo y el Flaco se volvió.

-¿Tus mejores campañas fueron en Oviedo?

-Si, porque en Oviedo salimos campeones y subimos cuando llegué en el 57, en un partido en el que metí un gol. Jugué hasta el 60, me casé con una española, dejé el fútbol y volví.

-¿Casi te peleás con Di Stéfano en Colombia?

-Me tiró un cabezazo y yo le puse la cabeza. Después nos encontramos en España y me preguntó si me acordaba. Real Madrid estuvo 20 años sin salir campeón hasta que llegó Di Stéfano y salió cinco años seguidos campeón y los cinco años fue goleador. Fabbrini fue al museo de Real Madrid y le preguntó al encargado por Di Stéfano: "No habrá madre que para algo igual". La llevaba desde el área hasta el gol.

-Fue el precursor del fútbol total cuando decía que un defensor con la pelota debe ser un delantero y un delantero sin ella debe ser un defensor.

-No te quepa duda. Estaba en todos lados y cuando estaba por terminar el partido te metía un pique de punta a punta.

-¿Jugaste con la Bruja Belén en el interno de Provincial?

-Sí, salimos campeones con una delantera que formaba con el Mono Carranza, el Chichi Capella, la Bruja y el Loco Intini, el inventor de la bicicleta.

-¿Quién era mejor, el Brujo o la Bruja?

-No podés comparar a la Bruja con el hermano mayor.

-Algunos que los vieron dicen que el Brujo era mejor.

-¡No! Jugué con ambos en Provincial y no se comparan.

-¿Antes era más difícil jugar bien?

-Siempre fue difícil. Ahora en el fútbol argentino hay menos buenos jugadores porque en nuestra época en una primera división tenías por lo menos diez buenos jugadores. l

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El Gallego Sánchez disfruta de sus 76 años en medio de anecdotas llenas de fútbol.

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