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 domingo, 18 de enero de 2004

La Virgen de San Nicolás

Pocos conocen la historia de la devoción popular que nació hace poco más de veinte años cuando la Virgen anunció a una humilde mujer de la ciudad de San Nicolás que "quería quedarse a orillas del Paraná".

Un 25 de setiembre de 1983, Gladys Quiroga de Motta, de 48 años de edad, madre de dos hijos, con sólo cuarto grado y sin conocimientos teológicos ni bíblicos, manifestó al entonces obispo del lugar, monseñor Domingo Castagna, que vio y oyó a la Santísima Virgen, coincidiendo su imagen con la de Nuestra Señora del Rosario que desde 1884 se venera en una parroquia de la diócesis nicoleña.

Según relató el propio prelado dos años después, la señora dijo que "la Santísima Virgen le había pedido la construcción de un templo en su honor, en un determinado lugar", y comenzó a dar "una serie de mensajes preferentemente exhortativos junto con citas bíblicas, llamando a la oración y a la conversión".

Ante esta inusual manifestación mariana, monseñor Castagna encargó una exhaustiva investigación a un grupo de sacerdotes locales y a psicólogos y grafólogos de la Universidad del Salvador.

La tarea contemplaba el minucioso estudio de la salud psico-física de Motta, el análisis de sus escritos -llamados "mensajes"- y de las denominadas "curaciones" aparentemente relacionadas con las apariciones de la Virgen.

Mientras que los "mensajes" fueron revisados por un escriturista, un teólogo y dos personas idóneas en la materia, las "curaciones" requirieron el envío de las respectivas historias clínicas, de la competencia médica, de la terapia seguida y del resultado obtenido.

Los especialistas concluyeron que en el estado psico-físico de Motta no aparecían "indicadores que permitan sospechar la presencia de alienación psicótica, ni de procesos alucinatorios, delirantes o de ilusión enajenante de la realidad" y destacaron que "impresiona por su personalidad suficientemente equilibrada y con buen ajuste a la realidad".

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