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 domingo, 11 de enero de 2004

Diseño de guardarropa inteligente

Un instituto alemán trabaja en el diseño de un guardarropa inteligente, capaz de comunicar y de producir su propia energía, a partir de equipos electrónicos que la gente puede ponerse como una prenda de vestir.

"Tiene que ser como una tela", explicó Torsten Linz, que trabaja en la sección textiles inteligentes del instituto alemán de electrónica Fraunhofer IZM, cuyo objetivo es crear prendas que no molesten cuando se llevan puestas, pero también que puedan ser lavadas y planchadas.

La idea fue aplicada en prototipos concebidos por la escuela superior de técnica de Berlín, que fueron expuestos en el salón de electrónica Ifa, que se realiza en la capital alemana.

Una chaqueta para ciclista, aparentemente común y corriente, oculta una calefacción portátil y sistemas de comunicación y de identificación.

Todo eso se debe a "elementos electrónicos lo más pequeño posibles para ser integrados", explicó el portavoz del Instituto, Ortrud Hinkel.

El dispositivo electrónico es invisible. Los conductores son integrados en las franjas que adornan la chaqueta, fibras sumamente finas tejidas directamente en la tela, agregó Linz.

Fuente invisible

La fuente de energía es también invisible: la mayoría de los equipos son módulos pasivos que no necesitan energía para funcionar, mientras que el sistema de calefacción es alimentado por el dínamo de la bicicleta.

Y cuando no hay bicicleta, la fuente de energía va también integrada al modelo, como el caso de una falda que lleva incorporada una agenda electrónica.

La energía procede de las células solares incorporadas en las hombreras de la chaqueta y que alimentan todo el dispositivo, incluyendo un acumulador muy fino oculto en el dobladillo de la falda.

El Instituto Fraunhofer no es el único que trabaja en la investigación sobre textiles tecnológicos: el año pasado, la firma France Telecom presentó un prototipo de pantalla flexible en fibra textil, y un fabricante concibió un proyecto para introducir microprocesadores en el momento de tejer la tela.

"Los sistemas más simples llegarán al mercado dentro de uno o dos años, pero para integrar una computadora completa a una prenda se necesitarán aún diez años", pronosticó Ortrud Hinkel.

En todo caso, la demanda existe: muchas firmas se declararon ya interesadas en la chaqueta concebida por el Instituto.

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