Año CXXXVI Nº 48188
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
La Región
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores
Señales


suplementos
Economía
Ovación
Turismo
Mujer
Escenario


suplementos
ediciones anteriores
Educación 25/10
Campo 25/10
Salud 22/10
Autos 22/10


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 26 de octubre de 2003

Los padres dudan entre poner límites y ser amigos

Ven a sus hijos y no saben si encerrarlos, ponerse a llorar o jugarla de amigos. Son padres de adolescentes del 2000, hombres y mujeres encargados de poner los límites dentro de la familia, una tarea que se vive con tantos conflictos como la adolescencia misma.

Para analizar cómo hacen estos adultos para criar a sus hijos cuando van de los 15 a los 19 años, La Capital entrevistó a una psicóloga y un médico. Si bien ambos especialistas coinciden en que cada casa es un mundo, se animan a delinear una suerte de manual del buen padre. Escuchar a los hijos, dar afecto y demostrarlo, animarse a decir "no" y sostener la palabra, no creer que todos los chicos son iguales y entender que los tiempos cambian, son algunas de las recetas.

Cecilia Pedro, coordinadora del Instituto de Adolescencia del Colegio de Psicólogos de Rosario, realiza talleres para padres. Allí, donde los adultos manifiestan sus miedos, los límites son un tema recurrente: "No saben qué hacer y como temen caer en el autoritarismo de otras épocas, hoy son muy permisivos, todo vale. Frente a esto buscan como salida hacerse los amigos de sus hijos, adolecer como ellos", señala.

Sobre este aspecto también opina Ramiro Amato, presidente en Rosario de la Sociedad Argentina de Salud Integral del Adolescente (Sacia). "Los chicos pueden tener muchos amigos pero padres, en el mejor de los casos, hay dos y tienen que cumplir ese rol. Hay que poner pautas tratando de no pelear por tonteras. ¿Qué es eso de no salgas con este o no te vistas así? Eso es intromisión, se puede opinar, pero no más. Ahora bien, tampoco tengo que aceptar con naturalidad que los novios de mis hijos se paseen en paños menores por mi casa. Si eso molesta, hay que decirlo, poner el límite", dice.

Hay cosas que los padres tienen miedo de reconocer. Los índices de consumo de alcohol son alarmantes. Sin embargo, muchos se escudan en la tradicional frase: "El mío toma, pero poco".

Otros, que sí pueden darse cuenta de que su hijo o hija bebe más de la cuenta, echan mano a la prohibición. "Con esta actitud, en esta normal etapa de confrontación entre padres e hijos, se puede lograr el efecto contrario", remarca Pedro.

Otro tema que les preocupa a los padres de adolescentes es la computadora. "No deben alarmarse, la computadora es un método de evasión como cualquier otro. En mi época el cuco era la radio, luego fue el televisor. "¿Como podés estudiar con la tele prendida?", se les escucha a los padres y yo les aseguro que pueden, pueden acceder a las distintas tecnologías sin problemas, lo digo como padre y como pediatra", señala Amato.

Tanto Pedro como Amato explican que la adolescencia siempre fue conflictiva para padres e hijos y remarcan que es un tránsito inevitable donde los hijos confrontan con los valores familiares; un segundo parto. El problema es no quedarse eternamente en esa adolescencia, "eso sería realmente un parto doloroso", remarca Amato.

Si a esta altura de la nota, usted, que es padre de un adolescente, aún piensa en tirar la toalla con su hijo, es necesario escuchar este consuelo profesional. "A los 15, la relación de los chicos con sus padres es fatal. Pero no hay que desesperarse. Alrededor de los 25 años se les pasa y vuelven a acercarse a sus padres. Es más, a veces hasta comparten los mismos gustos religiosos, políticos o musicales".

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Notas Relacionadas
Chicos siglo XXI: Internet, porrón y eterno machismo


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados