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 domingo, 31 de agosto de 2003

Mercados
El Boden, en la mira del mercado

El futuro acuerdo con el Fondo Monetario Internacional será de apenas un año y transitorio. Con dicho acuerdo resulta imposible sentarse frente a los acreedores internacionales a renegociar la deuda pública a 30 años y comprometiéndose a pagar una tasa de interés anual sin que se sepa de dónde saldrán los fondos para pagar intereses.

Esto se desprende del hecho que, el superávit fiscal del gobierno es muy bajo ante obligaciones muy elevadas que deberá enfrentar el Tesoro cuando comience a pagar los intereses de la deuda.

En ese contexto los bonos que hoy se pagan puntualmente (aquellos emitidos desde el año 2002 en adelante) podrían correr la misma suerte que el resto de los títulos argentinos: entrar en default y reestructuración a largo plazo.

El superávit primario es la diferencia entre los ingresos y los egresos netos de los intereses que paga el gobierno. Para el año 2003 se espera un superávit primario del 2,5 por ciento del PBI que equivale a una suma de 8.500 millones de pesos.

El pago de la deuda, que hoy está en cesación asciende a un monto de 122.000 millones de dólares. Considerando estos valores es imposible afrontar dicho pago con tan pequeño superávit.

Esta deuda debe ser reestructurada postergándose elpago de capital a 30 años y negociándose una quita en los intereses que posibilite cumplir con la misma.

La mayoría de los analistas opinan que una tasa de interés fija del 2 por ciento anual podría ser aceptada por los acreedores, que es muy baja en función de las tasas originales de dos dígitos que pagaban la mayoría de los títulos argentinos.

Pero pagar el 2% sobre la deuda a renegociar implicaría una erogación de fondos anuales equivalente a 2.440 millones de dólares que a un tipo de cambio de 3 pesos equivalente a un total de 7.320 millones de pesos.

De esta manera, el superávit primario argentino debería ser como piso 4% del PBI que equivale a un total de 13.600 millones de pesos, que igual no alcanza.

Habría que esperar que a futuro crezca elPBI y consecuentemente también el monto del superávit para hacer frente a la reestructuración de la deuda.

El gobierno pretende negociar con el FMI un acuerdo a un año de plazo mostrando un superávit primario del 2.5% del PBI. De esta manera, está diciendo entre líneas "firmo un acuerdo a un año de plazo y no reestructuro la deuda por ahora, trasladando el problema para más adelante". Pero la pregunta es ¿qué pasa con los bonos emitidos desde el año 2002 en adelante?

La respuesta la tendrá en este artículo. Desde el año 2002 en adelante se lanzaron los bonos de la familia Boden que son el 2005, 2007, 2008, 2012 y 2013. Todos estos títulos se emitieronpara compensar deudas que el Estado tenía con agentes económicos, por ejemplo, se emitieron para compensar a entidades financieras, a tenedores de plazo fijo o aquellos que el Estado le debía una acreencia como es el caso de empleados públicos o jubilados. Estos títulos fueron emitidos indistintamente en pesos o dólares. Hasta el momento el gobierno ha honrado la deuda en tiempo y forma, la pregunta obligada es ¿se podrán sostener en el tiempo estos pagos?

En la actualidad se da la paradoja que los títulos emitidos durante la convertibilidad cotizan a una paridad del 30% promedio, mientras que los Boden cotizan a una paridad promedio del 60%. La primera reflexión es que no puede haber tanta diferencia entre ambos, por ende, a futuro las paridades arbitrarán y todos valdrán una paridad del 30% o del 60%.

Para que todos tengan una paridad del 60% Argentina debería honrar la deuda, algo que según nuestros cálculos no puede y tampoco estaría dispuesta a realizar, por lo tanto, resulta difícil una apreciación de este tipo en los títulos.


Conclusión
Es imposible que se reestructure la deuda pública a 30 años cuando ni siquiera nos podemos comprometer a un acuerdo con el FMI a tres años.

En nuestro país conviven dos tipos de títulos emitidos después de la devaluación del signo monetario (enero del año 2002) y los que se emitieron durante la convertibilidad.

Los que emitieron durante la convertibilidad están todos en cesación de pagos, sin que medie una fecha cierta para su reestructuración y pago. En el caso de los nuevos bonos (Boden) se pagan en tiempo y forma los intereses y amortización.

El problema es que desde marzo de 2004 comienzan a operar los vencimientos de capital de estos títulos. El vencimiento más importante es en agosto del año 2005 cuando se paga la primera amortización del Boden 2012, cuyo monto ascendería a los 4.000 millones de dólares, cifra imposible de pagar en el actual escenario y con estas perspectivas.

En función de las perspectivas actuales el precio de los Boden 2012 luce exageradamente elevado, máxime cuando su renta está en función de la tasa Libor que se ubica en el 1,2 por ciento anual.



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