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 domingo, 31 de agosto de 2003

Conceptos de la nutricionista
Elsa Longo: "En la Argentina se consume una cantidad excesiva de carne"
La especialista participó en la elaboración de la Guía Alimentaria para la Población Argentina

Eugenia Langone / La Capital

"El alimento es un derecho humano, vital y básico que debe ser garantizado por el Estado cuando se trata de personas carentes de recursos y la Guía para la Alimentación de la Población Argentina es una manera de mostrar esta responsabilidad a quienes corresponde", asegura Elsa Longo, una de las autoras de esta guía de nutrición que se presentó el jueves en el auditorio del Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias (Cema). La nutricionista y asesora en el Ministerio de Salud de la Nación explicó que en el país los problemas de alimentación "se dan tanto por exceso como por defecto", y apuntó: "Todavía no podemos decir que los argentinos se alimenten bien. La principal causa de muerte es por enfermedades cardiovasculares, y éstas están asociadas en más de un 40 por ciento a la mala alimentación". Y como ejemplo crítico, reveló que los argentinos consumen en exceso grasas saturadas, presentes en las carnes.

La idea de publicar guías alimentarias para la población surgió en el 2000 desde la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas, que se planteó como objetivo alentar el consumo de alimentos variados, corregir hábitos perjudiciales y educar en el aprovechamiento del presupuesto familiar. "Es básicamente un material destinado a todas las personas que cumplan una tarea educadora", señaló la especialista.

-¿Cómo surgen estas guías?

-Las guías son un material para los educadores. Allí hay diez mensajes que traducen los consejos nutricionales en recomendaciones prácticas para la alimentación cotidiana. La propuesta surgió en todo el mundo y se propuso que cada país tenga su guía de acuerdo a sus características. Por eso, hay un análisis del circuito de producción de los alimentos y del acceso a ellos.

-¿Cuáles son las consecuencias de una mala alimentación?

-Hay enfermedades en los dos extremos de la cadena; es decir, tanto por exceso como por defecto. Estamos en una transición nutricional que hace que haya desnutrición y al mismo tiempo enfermedades crónicas por excesos, afecciones como la diabetes, enfermedades cardiovasculares y la obesidad que pueden llevar a la muerte. Y justamente partimos de ese lugar para elaborar el material y se tomaron en cuenta elementos críticos, como en el caso argentino que hay un consumo excesivo de grasas saturadas, que se encuentran en las carnes. Es más, la principal causa del muerte en el país es por enfermedades cardiovasculares y están asociadas en más de un 40 por ciento a la mala alimentación.

-¿Se alimentan bien los argentinos?

-No se puede decir que sí todavía. La idea es fomentar la difusión para tratar de corregir pequeñas cosas, aún situaciones críticas como las que atravesamos ahora, donde hay que optimizar los recursos.

-¿Se puede lograr una buena alimentación cuando la mitad de la población vive en la pobreza?

-Es cierto que las recomendaciones nutricionales no cambian por la situación socioeconómica de una persona, porque las necesidades son las mismas. Quienes tienen recursos no tienen mayores problemas, pero las que tienen recursos escasos, tiene que optimizar tanto la compra de los alimentos como su uso en el hogar. Pero además de buscar un mejor rendimiento, las guías también pretenden mostrar esta necesidad a los responsables de garantizar el derecho a la alimentación. Porque estamos hablando de un derecho humano, vital y básico que debe ser respetado.

-El Estado es el responsable...

-Claro, el Estado es el garante de ese derecho. Y tal es así que en otros países las guías alimentarias surgieron desde la movilización del propio Estado. En cambio, aquí fue la Asociación de Profesionales Nutricionistas la que planteó la inquietud, tuvimos que hacer el camino inverso para lograr que el Estado las reconociera como instrumentos educativos.

-¿Entonces, qué hace una persona que tiene 150 pesos en el bolsillo?

-Tiene que elegir los alimentos de los diferentes grupos básicos. Leche entre los lácteos, pensar en carne vacuna más económica o el resto de las carnes y tratar de optimizar la compra. Tiene que haber un proceso de aprendizaje, pero se necesita un trabajo muy acabado con cada grupo y viendo las necesidades de cada lugar.

-¿Se pueden mantener las costumbres y a la vez alimentarse bien?

-Claro que sí, porque todo cambia según los países, las provincias, las regiones y hasta las localidades. Hay que partir de las costumbres de la gente y trabajar para ver los hábitos positivos y los negativos sin alterar las costumbres. Es más, se trata de rescatar las costumbres que fueron pasadas por arriba por la globalización, porque es a partir del respeto que se construyen nuevos hábitos.

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