Rosario desconocida

Las antenas, dueñas del cielo rosarino

José Mario Bonacci

Aspectos técnicos que ponen en acción grandes ingenios destinados a brindar servicios en una ciudad, son desconocidos por un alto porcentaje de sus habitantes. Ellos desean que estas instalaciones cumplan ajustadamente con su destino y dejan la comprensión conceptual y puesta en marcha de su complejidad para los operadores encargados de su conducción y control, en la tarea de brindar confort y beneficios. No hay que olvidar lo que esto significa para macro concentraciones como ciudad de México que siendo la más grande del mundo, supera los 22.000.000 de habitantes, o Tokio y su interland con 17.000.000, o Londres con un total parecido, o Nueva York que diariamente recibe 5.000.000 de personas que cumplen alguna tarea en su territorio y la abandonan al final del día, quedando su población fija que no peca de ser menos numerosa y complicada.

Felizmente el lugar que habitamos, éste que se mira en el espejo del Paraná, no alcanza estos niveles de saturación y seguramente no lo hará por mucho tiempo, pero también tiene sus exigencias técnicas que atraen al hombre común por sus características. Sobre algunas de ellas hemos volcado datos en entregas anteriores: ductos técnicos, instalaciones sanitarias, un sabor a misterio sepultado en el subsuelo rosarino, cosas y hechos que no están a la vista.

Después de un lapso cercano a 250 años de historia, nuestro lugar en el mundo ha ido fijando puntos de referencia variados, entre los que no puede dejar de citarse a menudo el complejo habitacional de Corrientes y avenida del Huerto con sus 110 metros de altura. Esta es la cima alcanzada por ahora en lo referente a edificios de viviendas, y otros diversos usos urbanos que se ubican debajo de este límite. Pero aquí no termina todo. En este campo hay otros complejos constructivos que pueden decir lo suyo en tal aspecto y ellos son los edificios o instalaciones de estricto carácter técnico que la ciudad cobija en su territorio. Del total de ellos, hay algunos que merecen destacarse, a manera de muestrario lleno de sugerencias.


Torre de municiones
En el antiguo barrio Tablada hoy conocido como General San Martín según ordenanza del año 1950, se impone este nombre al cumplirse 100 años del fallecimiento del Padre de la Patria.

Ubicada en calle Alem 3251, entre Garay y Dean Funes, existió la llamada "torre de municiones" que pertenecía a la firma National Lead-Elaboración general del Plomo. Fabricaba municiones destinadas a cartuchos y escopetas, y caños de agua corriente. La torre consistía en un magnífico reticulado metálico que tenía de 60 a 70 metros de alto. En el centro geométrico de este cuerpo cuadrado, un cilindro rodeado por una escalera caracol abierta, llegaba a una casilla en la cima, y por tuberías dentro del cilindro central, todo esto metálico, caía el plomo y pasando por unos filtros se formaban las municiones.

La torre armada por módulos cúbicos superpuestos, y hasta que nacieron La Comercial de Rosario y el Monumento, seguramente fue el hito más alto de la ciudad, visible desde varios puntos de Saladillo. Desde las islas denunciaba claramente su superioridad y fue testigo de la construcción e inauguración del moderno edificio de la Biblioteca Constancio C. Vigil, en noviembre de 1963. Algunos de estos datos los brinda el libro de Jorge Malla sobre la historia del barrio y los orígenes de la biblioteca.

Llegó el cierre fabril y en los años 70 la falta de interés por su compra, aceleró el desguace y terminó su vida en pedazos, regalados a quienes quisieron recibirlos. Fue un hito importante.

En el Paseo Ribereño puede contemplarse otro llamativo ingenio técnico: la caldera vertical de la usina de Sorrento. Consiste en una estructura de hormigón que se apoya en cuatro patas poderosas y huecas. En dos de ellas corren ascensores, y las restantes guardan tanques de agua. Esa estructura alcanza 70 metros de altura y en su vientre recibe una caldera vertical destinada a mover dínamos productores de energía eléctrica y una complicada ingeniería de pasarelas, tubos y complementos que culmina hacia arriba en una gigantesca chimenea de 35 metros de alto, con lo cual el conjunto supera el centenar.

Pero las campeonas del rubro, son hoy sin discusión las antenas mayores de TV, ubicadas en zona semirural. En la planta de avenida Presidente Perón (ex Godoy) hacia Pérez, según informan técnicos de la empresa, la de Canal 3 redondea los 230 metros. La de Canal 5, en Biedma al 3800, tiene 213 metros. Sobre el tema, es bueno citar un hecho curioso por varios motivos. El visto bueno para instalar una antena en la sede de Canal 5 sobre zona portuaria, fue tratado en La Capital el 27 de marzo de 1966 entre otras cosas por el peligro de contar con 130 metros de alto en pleno centro y sobre sitios recreativos.

El tiempo dio su opinión, y en la noche del 1º de noviembre de aquel año una descomunal tormenta causó destrozos y sometió a la mencionada antena que cayó derrotada, con el beneficio de que lo hizo detrás del edificio y casi sobre el muelle, sin herir a nadie.

Aquel que ascienda por San Juan vereda norte y vecino a esta entre los árboles del parque, puede ver aún hoy un llamado "muerto de anclaje" de hormigón fijado a la tierra, pequeño y verdadero "homenaje al gancho", ya que allí se anclaban algunas riendas iguales a las que en aquella noche cedieron causando la muerte de la antena. Son cosas que parecen nimias y que deben permanecer como testigos silenciosos guardados por la ciudad como en una caja de juguetes, para ser descubiertas en el instante en que la sorpresa decide hacerse sentir para comunicarnos que está viva.

(*) Arquitecto

[email protected]

"Torre de municones", en barrio Tablada.