Editorial

Críticas sin fundamento

La Argentina está viviendo, sin dudas, una época de cambio. Liderada por un presidente que no parece temer a las resoluciones de peso, la sociedad intenta saldar su deuda con un pasado cuyos aspectos negativos se reflejaron con nitidez en la gravedad de la crisis económica padecida por la Nación. Sin embargo, en el marco de esa positiva evolución se observa con preocupación el enquistamiento de nuevos fundamentalismos. La preocupación se acentúa cuando quienes pecan de semejante nivel de liviandad son dirigentes políticos con prestigio y predicamento entre la ciudadanía, cuya opinión -por ende- puede provocar la peligrosa expansión de criterios erróneos. Ello es lo que sucede en relación con los extemporáneos conceptos que se han vertido en torno del proceso licitatorio del Nuevo Banco de Santa Fe.

El ruidoso desmoronamiento de la convertibilidad trajo consigo el inevitable cuestionamiento al sistema financiero vigente hasta entonces y el reposicionamiento, ante los ojos de la sociedad, tanto de la banca de origen nacional como de la cooperativa. En ese marco resultan cuanto menos paradójicas las críticas a la adquisición de la entidad crediticia santafesina por parte del Banco de San Juan, que ya obló una seña de 27 millones de pesos, el 20 por ciento del total de 133 millones por el cual se cerró la operación, para cuya resolución formal sólo resta el visto bueno final del BCRA. Cabe recordar, para reafirmar la filiación nacional del banco sanjuanino, que ya controla el 51 por ciento de otra entidad provincial privatizada, el Banco de Santa Cruz.

Si las acusaciones que se realizaron contra el grupo cuyano para adquirir el Nuevo Banco -supuesto incumplimiento de los requisitos técnicos establecidos por el Banco Central y por la provincia- tuvieran verosimilitud, cuesta suponer que ninguno de los otros participantes de la licitación, de la importancia de La Caja, Banex y el Banco Comafi-Macro, no hubieran impugnado el proceso amparados en tan obvio motivo.

Pero los argumentos vertidos no se cimentan en datos sólidos, sino que se instalaron en territorios lindantes con el agravio. Quienes hicieron reclamos de un banco "netamente" regional omiten, en primer término, la oferta de participación a capitales santafesinos en el paquete accionario y prejuzgan, además, sobre el lineamiento futuro de la entidad crediticia. Es de esperar que en lo inmediato las aguas se tranquilicen y el fiel de la balanza vuelva a oscilar hacia el centro, a fin de que quienes ostentan el legítimo poder de decisión en una esfera tan delicada puedan trabajar en un marco ajeno a las presiones.