A casi un mes de los atentados en Estados Unidos, y con la cosecha gruesa norteamericana en plena definición, el principal efecto que se nota en el mercado de granos es la pesadez de los compradores. Carlos Bogliole, analista de mercados de la corredora Roagro, señaló que "actualmente la pelota está en los pies de la demanda", lo cual no permite que se refleje en los precios la ajustada relación stock/consumo a nivel mundial.
-Se especuló mucho con el impacto que iban a tener los atentados en Estados Unidos sobre el comercio de granos. ¿Hay una influencia?
-Todavía se está viendo. El mundo vivió una situación inédita y a partir de allí es muy difícil hacer una proyección de lo que puede llegar a pasar, porque no estamos manejando cuál será la variable militar. Si el conflicto es una guerra más de inteligencia que de fuerza es una cosa, si deriva en un conflicto regional en el que se ven afectados los puertos, el transporte (ya se ven aumento de los fletes por los seguros y la suba del petróleo), es otra cosa. Lo que se ve hoy es que el mundo está a la expectativa.
-¿Ese parate se refleja en el volumen negociado?
-Básicamente se refleja en la actitud de la demanda internacional. Este problema se dio en momentos en que Estados Unidos estaba entrando de lleno en su cosecha. Hoy en día la pelota está en los pies de la demanda. Se compra lo mínimo indispensable.
-¿Va a haber un nuevo mapa de abastecimiento, problemas para venderle a algunos países?
-Por ejemplo, en el caso de trigo, en la campaña que estamos entrando nosotros, el principal comprador a nivel mundial va a ser Irán. El año pasado fue Brasil, que como tiene una mejor cosecha va a necesitar menos. Hoy en día, Irán, por lo que se está viendo, pareciera que está mirando con más cariño a países como Argentina que a Estados Unidos. En la teoría, eso es bueno. De hecho, la semana pasada hubo compras de Irán, se está hablando de que está en el mercado y de nuevas compras.
-¿Cómo responden los vendedores?
-En Estados Unidos, los farmers están vendiendo bastante más lentamente de lo que sería lo normal. Ellos están tratando de protegerse de alguna manera. Acá en Argentina, por suerte, este año se ha visto un crecimiento muy importante de las ventas a futuro. Eso es bueno porque después de los atentados vino un parate general y los precios se han caído. Hay otro dato: poco a poco vamos viendo que a pesar de que el mercado se mantiene tranquilo, van aumentando los negocios porque hay como cierta desesperanza de los productores, por la situación internacional pero también por una situación local de gran iliquidez.
-¿Los stocks siguen siendo ajustados?
-Lo bueno de todo esto es que el panorama mundial de oferta y demanda es positivo para el mercado. En trigo, a nivel mundial, tenemos el área más baja de siembra de los últimos 30 años. La campaña 2001/2002 va a ser muy floja. Ante un consumo creciente, que también es otro dato. En maíz, la relación stock/consumo está cayendo por debajo de los años 95/96, que fue el más bajo. Está a la vista de todo el mundo.
-Pero los precios no repuntan.
-Lo que pasa es que la teoría en este caso se contradice con lo que está pasando. Lo que se puede estar viendo con cierta claridad es que apenas el mercado tiene un mayor indicio de compra internacional, reacciona bien. Muchas veces los mercados no tienen lógica.
-¿La recesión mundial no afectará la demanda?
-Sí, está dentro de las posibilidades. De todas maneras, en cuanto al consumo de harina de soja, por ejemplo, con el tema de la vaca loca y la mayor demanda de harinas vegetales, se espera que la demanda siga sostenida. Pero la recesión es un fenómeno que incluso estaba planteado antes de los atentados y es una realidad a la que habrá que estar atentos. En soja, son muchos los temas que andan dando vuelta. Uno de los problemas que preocupa a Estados Unidos es la regulación que está haciendo China con los transgénicos. De alguna manera quedó en segundo plano después de los atentados pero en cualquier momento vuelve al escenario. Algunos dicen que China usa ese argumento porque va a entrar ahora a la OMC y quiere mantener la pelota en la mano.
-China es una gran incógnita
-Siempre fue una gran incógnita. Cuando hay una noticia alcista que afecta al mercado, automáticamente aparece. Por ejemplo, sorprendiendo con las importaciones de maíz cuando no se esperaban. Ahora está negociando con Taiwán, su archienemigo, que entraría después de China a la OMC. Taiwán es un mercado muy importante para el maíz de Estados Unidos y, por una cuestión geográfica, el barco de China a Taiwán llega en diez minutos.
-¿El nuevo contexto internacional puede cambiar las políticas de bloques comerciales o complicar las negociaciones enla OMC?
-Puede haber cambios pero en definitiva, y a pesar de las diferencias políticas, los mercados se necesitan entre sí. En alguna época hubo embargos comerciales y se superaron a través de triangulaciones. Hacer una proyección es complicado. Lo que sí sé es que hay países que necesitan comprar y hay países que tienen la mercadería.
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La Ciudad
