Juan Carlos Silvestri, de la corredora Barrilli SA, se mostró preocupado por los efectos que la posibilidad de bloqueos comerciales, en el marco del nuevo escenario internacional, pueden tener sobre las exportaciones argentinas (en caso que el país adhiera a una medida de esa naturaleza) a los países de la región caliente.
"Los países árabes del Norte de Africa y Oriente Medio son un destino sumamente importante para nuestros granos, aceites y harinas, por eso la posibilidad de bloqueos comerciales para con ciertos destinos puede influir drásticamente en nuestras exportaciones, si es que Argentina se adhiere", dijo para aclarar que "esta hipótesis, por lo menos hasta el momento, no parece haberse planteado a nuestro país".
Silvestri explicó que "una consecuencia negativa podría ser si se llegan a bloquear las vías navegables hacia ciertas zonas o países, que impida el envío de nuestros cargamentos" y señaló que "ya se nota un encarecimiento de fletes y de seguros, al agregarse riesgo de guerra en las pólizas de determinadas rutas, además de la influencia que pudieran derivarse de una eventual suba del petróleo".
- ¿A qué se atribuye la baja de los precios de los granos en las últimas semanas, teniendo en cuenta que siempre ante una guerra el precio de los commodities se incrementó?
-Este conflicto se presenta bien atípico respecto a otras guerras clásicas, por lo que más allá de la posibilidad de eventuales bloqueos hacia algunos países puntuales, no parece haber modificado demasiado los fundamentos de oferta y demanda que venía manejando el mercado hasta el 11 de septiembre. Prueba de ello es que el precio del Petróleo tuvo de arranque una fuerte suba y luego, ante las seguridades de abastecimiento de la Opep, volvió a moverse dentro de los parámetros pre-atentado. Lo mismo sucedió con el oro, y los commodities fueron por el mismo camino. Tal vez los signos de recesión que ya se notaban en EEUU, Japón y algunos importantes países de la UE sean uno de los factores más preocupantes para el mercado de granos internacional. Por otra parte, el ingreso de las cosechas de verano en el Hemisferio Norte ejercen su natural presión estacional.
-¿Puede influir el nuevo contexto en la política de subsidios agrícolas de Estados Unidos?
-La actual ley Agrícola de EEUU tiene vigencia hasta septiembre del 2002. El proyecto que está tratando el Parlamento elaborado antes del receso de agosto pretende elevar los subsidios por u$s 73.000 millones en diez años pero la administración Bush la estaría bloqueando, dado que en las actuales circunstancias las prioridades de EEUU pasan por otros carriles, como es obvio. La vieja Farm Bill otorga a la soja un precio sostén de 2,6 x 1 respecto al maíz lo que permitió la expansión de ese cultivo, marcando record tras record en los últimos años. La nueva legislación proponía achicar las diferencias, pero si finalmente se prorroga la ley vigente, y se posterga la nueva legislación, todo parece indicar que la soja volvería a privilegiarse, con lo que la competencia por el liderazgo en el complejo sojero con el cono sur será cada vez más agresiva. Por otra parte, más allá de lo coyuntural, las intenciones de EEUU de modificar su actitud respecto a los subsidios a la producción y al comercio internacional, al igual que la UE, no parecen cercanas. Por más que el grupo Cairns planteará nuevamente el tema agrícola en la reunión de noviembre de la OMC, no se espera que haya resultados favorables en el corto plazo.
Respecto de la influencia de la crisis del Mercosur en las exportaciones argentinas de granos, especialmente de trigo, Silvestri subrayó que "en el tema trigo los brasileños son maestros en el manejo comercial, cada primavera plantean conflictos". Sin embargo, aclaró que "el Arancel Externo Común nos brinda un mercado prácticamente cautivo. Ellos se quejan de nuestra calidad, mientras son tentados por EEUU con ofertas muy beneficiosas, y por Canadá a quienes tienen que satisfacer fuertes compensaciones que les impuso la OMC. Los molinos brasileños estarían felices si pudieran comprar trigo subsidiado, a pagar a largo plazo y con bajas tasas de interés, y EEUU está desesperado por penetrar en uno de los más grandes importadores del grano del mundo que Argentina abastece en más de un 90%".
En ese sentido, advirtió que "la pretensión de Argentina de eliminar el Arancel Externo Común es tremendamente negativa" para el trigo argentino. "Menos mal que los brasileños se oponen, por otros motivos, por supuesto", añadió.
El papel de China
Respecto de otra de las más importantes variables a nivel internacional, la incorporación de China a la OMC, el especialista de Barrilli señaló que "en general existe optimismo para el mediano y largo plazo, aunque en el interín aún genera turbulencias, como su nueva legislación sobre transgénicos y cuarentena de los embarques".
Entre las amenazas, mencionó: "La presencia China con maíz subsidiado en el mercado del sudeste asiático ha sido una limitante del desarrollo de los precios y aún provoca problemas con sus incursiones. En el complejo sojero, su actual sistema arancelario permite una distorsión del comercio hacia ese país.
Entre las oportunidades, mencionó que "un mercado con 1.300 millones de habitantes que se compromete a liberalizar su economía bajo las normas de la OMC resulta sin dudas positivo".
La Ciudad
