No es la primera vez que el fiscal José María Peña dirige sus cañones contra los barrabravas locales. Probablemente tampoco será la última. Pero esta vez también apunta a los directivos, a los jugadores y los técnicos, a quienes les exige el compromiso de colaborar con la Justicia para que los matones a sueldo terminen encarcelados. "Me alegra que por fin los directivos tomen la decisión de denunciarlos", dijo ayer ni bien terminó de leer Ovacion. Allí se enteró de que la comisión directiva de Rosario Central había decido no ceder ante el apriete de Pillines, Chaperos y Chaperitos para conseguir dinero y entradas. Y supo, además, que los directivos se sienten "desprotegidos" por la Justicia. Peña no está dispuesto a aceptar en silencio la supuesta condición de simples víctimas de Víctor Vesco y compañía. "Me sorprende que digan eso. Varias veces, cuando tuvieron que venir a declarar en distintas causas, ellos dijeron que los barrabravas son todos buenos tipos. Es más: Vesco lo dijo del propio Chapero Bustos, a quien alguna vez definió como un «excelente socio»", disparó ayer el fiscal. Un antecedente muy claro de lo que dice Peña es lo que ocurrió cuando asesinaron al barrabrava Sergio Enriotti, a quien todos -incluidos los directivos- conocían como Cabezón. En la casa de Enriotti la policía encontró un cheque por 500 pesos firmado por Vesco y por el entonces tesorero Roberto Muñoz. Cuando la Justicia les pidió explicaciones, ambos dijeron que eran permanentemente extorsionados por el Cabezón y por otros barrabravas, incluso bajo amenazas de muerte. Esto originó una nueva investigación, pero entonces Vesco, Muñoz y otros directivos declararon bajo juramento que nadie los había amenazado. "Es lo que digo: a la hora de los bifes todos son buenos muchachos", agregó Peña. El fiscal considera que los barrabravas conforman verdaderas bandas delictivas. "La mayoría de estos sujetos están imputados y hasta condenados por abuso de armas y otros delitos excarcelables. Yo sostengo que conforman verdaderas asociaciones ilícitas y como tal hay que investigarlos", dijo. Si esto fuera así, y si alguien terminara condenado, debería cumplir penas de prisión ya que la asociación ilícita es un delito grave no excarcelable. Para el fiscal esto es perfectamente posible, siempre y cuando todos asuman el compromiso de colaborar con la Justicia. "Me gustaría que los dirigentes vengan y denuncien, que declaren la verdad, que no oculten ni protejan a nadie. Que vengan los jugadores, que saben muchas cosas y las callan. Que venga (Juan José) López y diga si es cierto que lo amenazaron. Si nadie se borra, algún día vamos a poder hacer algo en serio para combatir a estos delincuentes".
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