El Papa Juan PabloII comenzó ayer una visita en Atenas con un mensaje de reconciliación hacia la Iglesia Ortodoxa Griega, en el marco de la cual pidió "perdón a Dios por los pecados cometidos por los católicos contra los ortodoxos" en diferentes momentos históricos. Sin embargo, el arzobispo ortodoxo de Atenas y Primado de Grecia, Cristodulos, recibió con términos severos a Juan PabloII, a pesar del mensaje de reconciliación que traía el jefe espiritual de los católicos y que expresó frente al arzobispo ortodoxo en el monte ateniense del Aerópago.
Cristodulos justificó el rechazo de gran parte de los fieles ortodoxos hacia Juan PabloII, ya que, según explicó, su presencia les trae a sus mentes "experiencias traumáticas, resultado de la conducta, impropia de hermanos, del mundo cristiano de Occidente contra los ortodoxos durante el segundo milenio, desde el cisma en 1054".
El avión del Pontífice llegó al aeropuerto internacional de Atenas ayer por la mañana y allí recibió el saludo de una guardia honor de la Fuerza Aérea, de dos niños y una monja de la comunidad católica griega, quienes le alcanzaron un recipiente con tierra de este país, que el Papa acercó a sus labios.
Pero ningún dignatario de la Iglesia Ortodoxa acudió a recibirlo, lo que dejó demostrado el contenido polémico de la visita.
Poco después de su llegada el Pontífice se reunió con Cristodulos en la sede el Arzobispado ortodoxo, que se encuentra a los pies de la Acrópolis, donde suscribieron un documento conjunto.
Sobre el obstáculo de las relaciones entre las iglesias Católica y Ortodoxa y la aceptación por Roma de esta última, Cristodulos dijo a Juan PabloII: "Pedimos una valiente palabra de sus labios, ya que constituye la razón básica del bloqueo del diálogo teológico entre las dos iglesias".
El Papa, por su parte, reconoció que existen "recuerdos que son especialmente dolorosos y estoy pensando en el desastroso saqueo de Constantinopla (por parte de los venecianos en 1204), que era el bastión de la Cristiandad en Oriente".
"Es trágico que los asaltantes, que tenían como labor asegurar el paso libre de los cristianos a Tierra Santa, se volvieran contra sus hermanos de fe", añadió el Pontífice.
Por otra parte el Papa hizo referencia a la caída de Constantinopla en poder de los otomanos en 1453, que marcó el fin del Imperio Bizantino y la herencia cultural y religiosa griega en Oriente.
"Por las ocasiones pasadas y presentes en las que los hijos de la Iglesia Católica pecaron con hechos y omisiones contra sus hermanos ortodoxos, pedimos el perdón de Dios", dijo el Papa.
Juan PabloII expresó su confianza en la plena comunión de todos los cristianos en un futuro y recordó los pasos dados por el patriarca ecuménico de Constantinopla Atenágoras y PabloVI en 1965, cuando en un acto cancelaron la excomunión entre las dos iglesias. Oriente y Occidente se separaron con el cisma de 1054, cuando se excomulgaron mutuamente el Papa LeónIX y el patriarca Miguel Celurario.
El Papa manifestó que la separación es un obstáculo para la difusión del Evangelio, porque según consideró eso "nos hace menos creíbles".
Al final de la reunión, Cristodulos invitó al Papa a "trabajar, no para aumentar la influencia de una Iglesia sobre la otra, sino para frenar el insaciable apetito de injusticia, aliviar el sufrimiento de los hijos de Dios e imponer la fe al hombre contemporáneo".
La peregrinación que inició ayer en Grecia Juan Pablo II será de seis días y lo llevará tras los pasos del apóstol San Pablo también por Siria y Malta.
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La Ciudad
