Año CXXXIV
 Nº 48.970
Rosario,
sábado  16 de
diciembre de 2000
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Un festival de cupos, aranceles y derechos

Un efecto de los acuerdos alcanzados en la Ronda Uruguay del Acuerdo Internacional de Aranceles y Comercio (Gatt en inglés) fue la transformación de barreras paraarancelarias y aranceles y la fijación de cupos de importación con alícuotas reducidas.
Como en otros rubros, para el complejo oleaginoso, la administración de estas cuotas se convirtió en el regulador discrecional del intercambio entre países. Los elevados aranceles y la persistencia de estructuras arancelarias progresivas (derechos más altos a los productos de mayor valor agregado) se suman para construir un conjunto de herramientas que mantienen en jaque a las harinas y los aceites argentinos.
El escalonamiento en la estructura de aranceles, más los derechos a la exportación, otorga a los productores de aceite de los diferentes países una protección ante la competencia externa muy superior al ya elevado arancel nominal.
De allí que en el informe elaborado por la consultora de Melconian se utilice el concepto de protección efectiva para calcular el verdadero nivel de resguardo de un producto frente a la competencia externa. Este indicador pondera la diferencia entre el arancel aplicado al producto final y el que se carga al insumo ajustado por la participación del insumo en el bien final.
Los altos niveles de protección permiten entender cómo economías con oferta nula o insuficiente de granos han logrado abastecer a su demanda interna de productos con mayor grado de elaboración (aceites y harinas)
Argentina, para compensar parte de esta desventaja, aplica un derecho de exportación sobre los granos oleaginosos que asciende actualmente al 3,5%.
La difícil situación económica existente en los países emergentes desde la crisis asiática en 1997 propició en América latina, Europa del este y Asia una reversión del proceso de apertura de la economía mediante todo tipo de instrumentos. Así, a los aranceles le suman derechos específicos o variables y bandas de precios, herramientas que se utilizan especialmente en momentos de precios bajos.
En América latina, la aplicación de estos esquemas en países como Colombia, Chile y Venezuela dio lugar a niveles de protección de hasta un 150% para aceites envasados y de aproximadamente el 70% para aceites crudos.

Hermanos son los porotos
En el ámbito latinoamericano, la cuestión se complica por la trama de acuerdos de integración y sus consecuencias. Los acuerdos de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), impiden que los beneficios consensuados en el marco de la creación de un bloque comercial afecten a los socios preexistentes. Esto implica que, por ejemplo, los países de la Comunidad Andina extiendan preferencias comerciales a la Argentina, que no forma parte de ese grupo.
El tema es que esas preferencias negociadas al amparo de Aladi se aplican sólo sobre los aranceles básicos pero no sobre los derechos específicos que se aplican por ejemplo a la importación de aceites. En el caso de Venezuela, por ejemplo, se aplican bandas de precios (se cobra más cuando el precio de producto es bajo) y, desde el año 2000, existen cupos para la importación de todo tipo de aceites. Ese país fue tradicionalmente el principal mercado latinoamericano para los aceites argentinos, con ventas entre 100 y 150 millones de dólares.
Chile, país al que se envían 150 mil toneladas anuales, es otro caso de restricciones al ingreso de aceite. Desde fines del año 99 rigen medidas de salvaguardia sobre las importaciones de aceites vegetales, que combinan el nivel de aranceles consolidado ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) con su propia banda de precios, lo que determina un arancel efectivo del 61% para el aceite crudo. Pero no sólo eso. Ese país acordó el año pasado con Bolivia (un importante productor de soja), un cupo de 22 mil toneladas de aceite crudo, libre de salvaguardias, acentuando las desventajas hacia los embarques argentinos.
El caso mexicano no es menos grave ya que, como consecuencia de su integración al Nafta (el bloque comercial de América del norte), el aceite argentino fue prácticamente desplazado de ese mercado por el de Estados Unidos, que ingresa en condiciones privilegiadas. Por los acuerdos de Aladi, México compensó a la Argentina instrumentando un sistema de licitaciones sobre un cupo de 100 mil toneladas de aceite crudo de girasol, con 50% de preferencia. Sin embargo, según denunció Ciara, el sistema se ha relevado inoperante hasta el momento.


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