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miércoles,
14 de
noviembre de
2007 |
Crónicas regionales
Alcorta, un pueblo que hizo historia
En 1912 fue cuna de la emancipación chacarera. Hoy es casi una ciudad con un presente floreciente
Osvaldo Flores / La Capital
Alcorta.— “Estos hombres de campo ya no luchan para sí, sino por sus hogares y por sus hijos, para que tengan la seguridad de un futuro del que ellos carecen. Estar a su lado en esta hora debería ser la posición de todo argentino”, así resumía Francisco Netri el sentimiento del histórico Grito de Alcorta gestado el 25 de junio de 1912, convertido por obra y gracia de aquellos sacrificados chacareros en semilla de la emancipación del agro nacional y en cuna de la Federación Agraria Argentina.
Todo un hito que hoy perdura en el orgullo de la gente del pueblo y que marca una impronta que se respira a cada paso y se funde a fuego con este magnífico presente y un porvenir aún más venturoso.
Pero la historia local comenzó 20 años antes, el 21 de diciembre de 1892, cuando el gobierno santafesino autorizó la decisión de Juan Bernardo Iturraspe de fundar un pueblo en las tierras adquiridas a la familia Alcorta.
Pasaron casi 115 años y aquella incipiente colonia se convirtió en un pueblo grande, casi a punto de ser ciudad no bien el próximo censo oficial certifique que 10 mil almas amanecen allí cada día, 10 mil alcortenses que, jornada tras jornada, honran el ejemplo de sus antepasados chacareros, y construyen el desarrollo social y económico que soñaron Netri y los miles de gestores de aquel Grito.
Agro e industria. “Este es un pueblo agrario por naturaleza e historia. La agricultura y la ganadería son el principal sustento, aunque ahora también la industria gana terreno, y eso está muy bien”, resume don José en la puerta de su casa, ya jubilado y dejando paso a hijos y nietos en esto de hacer realidad el “gran amor por el campo”.
Y así parece ser: un frigorífico, una fábrica de zapatos y dos textiles aportan lo suyo al crecimiento del pueblo, ocupando a casi 200 personas. “Entre el campo y las industrias, aquí no hay mucha desocupación. Nadie en Alcorta se muere de hambre o frío”, coinciden los testimonios de los vecinos.
Tres radios de FM, un periódico y un programa semanal de interés general en el canal de cable reflejan el transcurrir del pueblo. Una realidad que devuelve la existencia de agua potable y de cloacas en el 70% de las viviendas locales.
“Nos falta el gas natural, no se imagina cómo lo esperamos. Dicen que falta poco para que se haga realidad este viejo sueño”, se esperanza Gladys, al salir del supermercado.
Integración aborigen. La cultura del trabajo también dio paso a la integración de su gente: Alcorta es uno de los pocos pueblos del sur santafesino donde más de 300 mocovíes, nucleados en la comunidad Kami Kaia, están integrados a la vida diaria desde hace casi 15 años.
Con una cooperativa de trabajo que es todo un ejemplo, la comunidad mocoví construye sus propias viviendas, genera microemprendimientos y despliega su labor en las tareas rurales, que por aquí abundan.
Estudio y diversión. Cuatro escuelas de nivel inicial, EGB y enseñanza media, un bachillerato para adultos, un centro de alfabetización y una escuela especial conforman la oferta de enseñanza básica para niños y jóvenes. Un profesorado y un instituto con apoyo comunal son las opciones para quienes deciden seguir estudiando en el pueblo. “Son muchos los chicos que asisten a las facultades de Rosario, y para eso la comuna mantiene abierta una casa para que vivan allí”, explican desde la comuna.
Regresan. “Al contrario de otros pueblos, muchos jóvenes que se reciben como profesionales vuelven, y no tenemos un alto nivel de emigración hacia centros más poblados”, sostiene Cecilia.
Para los jóvenes, la hora de la diversión tiene una característica especial, para bailar no hace falta salir del pueblo. Dos boliches bailables, un pub, bares y cybers se convierten cada fin de semana en el centro de la movida.
Una pasión. En Alcorta, el fútbol es una verdadera pasión y cada clásico entre Los Andes (los Lanudos) y Blanco y Negro (los Lomo Negro) paraliza y mantiene en vilo al pueblo y las cargadas a los archirrivales por una eventual derrota se padecen mucho tiempo. Y si no, que lo digan los Lomo Negro, perseguidos por las pintadas “7-0” que todavía se pueden ver en el pueblo, recordándoles su catastrófica derrota del año pasado.
Tanta es la pasión futbolera que de Alcorta fue acaso el último de los ídolos regionales: José Luis “Pichino” Salvatori. Que paradójicamente comenzó su carrera en Blanco y Negro, pero terminó adoptando a la de Los Andes como la divisa de sus amores, y con el 9 en su espalda marcó 272 goles. Pichino tuvo su partido homenaje en 2004, y un año después su vida terminó donde fue verdaderamente feliz: en una cancha de fútbol.
De Los Andes es también otro orgullo de Alcorta, Constanza Bouzón, que con 8 años es flamante campeona argentina de gimnasia artística.
Carnavales. Otra pasión de los alcortenses son los carnavales. Décadas pasadas, Alcorta, Máximo Paz y Bombal se disputaban el reinado regional de Momo, y por sus entonces famosos corsos y bailes pasaron los más grandes artistas de la época, como Sandro o Estela Raval, entre otros. Desde hace unos años, la comuna se encarga de reavivar esa pasión, y hoy cientos de chicos y jóvenes integran las comparsas locales que cada carnestolenda reúne a dos o tres mil personas.
Historia y presente. La muestra más palpable de que en el pueblo confluyen a cada paso la dignidad de su historia, el orgullo por el presente y la vista fija en el futuro se vivirá esta tarde, cuando el gobernador Obeid inaugure la puesta en valor del edificio de la Sociedad Italiana, escenario del Grito, y la flamante estación de ómnibus.
Esta última obra finalmente se concretó tras más de 20 años de gestiones truncas.
La Virgen que llora. Hace algunos meses la región se sorprendió con una imagen de María Rosa Mística que derramaba lágrimas de uno de sus ojos.
La parroquia de Alcorta fue entonces cita de miles de peregrinos llegados desde todos lados a comprobar el milagro y honrar a la Madre de Dios.
Rucci. Uno de los alcortenses más famoso es, sin dudas, José Ignacio Rucci, el mítico dirigente metalúrgico.
Por ello, hace un par de semanas, autoridades comunales y de la Unión Obrera Metalúrgica inauguraron un monumento a su memoria.
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Fotos
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El monumento en homenaje al histórico Grito de Alcorta.
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