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 lunes, 12 de noviembre de 2007  
El presidente de Pakistán promete elecciones en enero
Bajo presión de la oposición y de EEUU, Musharraf dijo que no se aplazarán los comicios

Islamabad.— El presidente paquistaní, Pervez Musharraf, presionado por sus rivales y por sus aliados occidentales para retornar a la democracia, anunció ayer que habrá elecciones parlamentarias antes del 9 de enero, despejando los temores de que aplazaría la cita con las urnas. Sin embargo, al mismo tiempo, advirtió que el estado de excepción que decretó hace ocho días seguirá vigente, para “asegurar la paz y garantizar un marco adecuado para la celebración de los comicios”.

   En su primera conferencia de prensa desde que suspendió la Constitución hace una semana, el general Musharraf se enojó por las críticas a su compromiso con la democracia, y no se arrepintió de su decisión de despedir de sus puestos a algunos de los jueces de mayor jerarquía del país, que habían cuestionado su gobierno.

   El mandatario dijo que no esperaba enfrentar sanciones extranjeras por haber acudido a medidas autoritarias, y declaró que el actual Parlamento será disuelto la próxima semana, allanando así el camino para que las elecciones se realicen en la fecha prevista.

   Musharraf, que la semana pasada afirmó que las elecciones se llevarían a cabo a mediados de febrero, indicó que ahora depende de la Comisión Electoral decidir la fecha exacta de la votación, pero agregó que ésta tendría que llevarse a cabo dentro de los 60 días tras la disolución del Parlamento.

   También destacó que una festividad religiosa de los musulmanes shiítas —en una época en que usualmente se registran más actos de violencia— comenzaría el 9 de enero. “Deberíamos celebrar las elecciones antes de esa fecha”, recalcó.

   El presidente prometió a sus rivales políticos que las elecciones “se desarrollarán de forma absolutamente justa y transparente”, y que los políticos opositores detenidos serán excarcelados y podrán acudir a las urnas. Pero también advirtió que no está dispuesto a permitir que nadie perturbe el orden público del país “en nombre de la democracia”.

   El militar sostuvo que renunciará al ejército y juramentará como presidente civil una vez que la Corte Suprema declare como legítima su reelección del 6 de octubre. Desde la declaración del estado de excepción fueron detenidos varios jueces, incluyendo al independiente Iftikhar Chaudhry del Tribunal Supremo. El presidente lo había suspendido en marzo, pero debió reinstaurarlo en su cargo para calmar las protestas masivas que desató la medida.



Por la democracia. Mientras tanto, la líder opositora Benazir Bhutto arribó ayer a la ciudad de Lahore, donde participará en la “larga marcha por la democracia” hasta Islamabad, que se realizará mañana. La ex primera ministra convocó a todos los adversarios de la “dictadura” de Musharraf a asistir a la manifestación, y volvió a reclamar la liberación de todos los presos políticos.

   Bhutto, quien EEUU esperaba terminaría compartiendo el poder con Musharraf después de las elecciones, describió el sábado a Pakistán como una “olla a presión” a punto de explotar.
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