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 lunes, 12 de noviembre de 2007  
La Iglesia advirtió que el narconegocio prospera en Argentina

Buenos Aires.- La Iglesia católica advirtió hoy que “el narconegocio se instaló y prospera exitosamente” en Argentina, un país que según consideró “dejó de ser de paso”, y aseguró que el consumo se arraigó en los jóvenes como resultado de “un complot para el exterminio”.

Asimismo, reclamó “transformar” la lucha contra la drogadependencia en “política de Estado” y exhortó a denunciar y perseguir a “los mercaderes de la muerte que, con el escandaloso comercio de la droga, están destruyendo a la humanidad”.

“El narconegocio se instaló en nuestro país, prospera exitosamente, destruye familias y mata. Nuestro territorio dejó de ser sólo un país de paso. Observaciones confiables y de diversas fuentes nos advierten que el consumo arraiga en los jóvenes, y avanza sobre la inocencia y fragilidad de los niños”, manifestó.

“Cuando se asocian a las malas compañías del alcohol, los inhalantes, la violencia y el desamparo, el resultado es un complot para el exterminio”, aseveró la Conferencia Episcopal Argentina, en una carta pastoral.

El documento lleva por título “La droga, sinónimo de muerte” y fue aprobado durante el plenario de obispos que sesionó la semana pasada en la casa de ejercicios El Cenáculo La Montonera, de Pilar.

Tras asegurar que “desde los más altos niveles el tráfico de drogas genera corrupción y muerte: asesinatos por encargo, extorsiones, dependencias esclavizantes, prostitución”, los obispos dijeron “no poder permanecer indiferentes” ante este flagelo del consumo y las adicciones a la droga.

La Iglesia calificó de “doloroso” que numerosos jóvenes hayan quedado atrapados por “los efectos de la droga y sus secuelas de muerte y destrucción”, y reconoció que la problemática de la droga es “una realidad muy compleja”.

“Por un lado, su organización con métodos mafiosos y vínculos insospechables en todos los niveles parece no tener límites; por otro, la ausencia de valores en todos los estratos sociales, el escándalo de la pobreza y la exclusión social, achican los horizontes y esperanzas de nuestros jóvenes”, precisaron los obispos.

El Episcopado, que preside el cardenal Jorge Bergoglio, aseguró que “al no reconocer la profundidad y gravedad de esta deuda para con las generaciones del presente, estamos favoreciendo su negocio letal” y admitió que “falta valentía y coraje para encarar seriamente este problema”.

Los obispos estimaron que “la indiferencia, el consumismo, la desunión de la familia, sumados al poderoso tráfico y comercio de drogas, abre el camino para destruir a los más vulnerables”, y cuestionaron que la ley de Educación Nacional, recientemente aprobada, “preste insuficiente atención” a la prevención educativa de este tema.

La Iglesia reiteró la necesidad de la concurrencia “de todos los recursos que cuenta el Estado de Derecho” para encarar una “lucha frontral contra el tráfico y el consumo de droga”, y marcó tres “caminos” para hacerlo:

  • “Promover una cultura de la vida, fundada en la dignidad trascendente de toda persona humana, llamada a ser feliz y a vivir libre de toda esclavitud; cuánto más de estos falsos paraísos de la droga”.

  • “Despejar la falsa ilusión de que de la adicción se entra y se sale fácilmente”.

  • “Denunciar y perseguir a los mercaderes de la muerte que con el escandaloso comercio de la droga están destruyendo a la humanidad, especialmente a las nuevas generaciones”.

    La carta fue elaborada por la Comisión Episcopal de Pastoral Social, que preside monseñor Jorge Casaretto, que además llamó a “recrear caminos de esperanza” a través de una red social que deberá propiciar la denuncia de hechos delictivos o políticas que por acción u omisión favorezcan las adicciones.

    También reclamó una estrategia de prevención basada en tareas educativas en todos los niveles, y la multiplicación de “espacios sonantes” donde se facilite la recuperación de los adictos y su reinserción a la sociedad. (DyN)


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