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sábado,
29 de
septiembre de
2007 |
Santa Fe y Rosario: ¿ciudades diferentes?
Por Roberto Pedro Doldan (*) Uno de los importantes obstáculos que tendrá que superar el futuro gobierno provincial, y en particular el doctor Hermes Binner, radica en la posibilidad de establecer un diálogo fluido con todos los estamentos sociales, empresariales y políticos de la ciudad de Santa Fe, tan arraigados como los propios gobiernos justicialistas a los mecanismos tradicionales del poder que no se condicen con las pretensiones del Frente Progresista.
En Rosario, por el contrario, vemos que los empresarios, las organizaciones intermedias y las cámaras sectoriales están acostumbrados a establecer puentes de diálogo con los funcionarios municipales y representantes del socialismo provincial, con los exitosos resultados que están a la vista. Esta preocupación, que han manifestado discretamente algunos representantes del partido que conducirá el gobierno santafesino en el próximo período, debiera constituirse también en el principal objetivo a superar por los empresarios y sus organizaciones en la ciudad de Santa Fe.
Aunque la lectura de este indicador de la realidad pueda parecer una cuestión menor frente a otros desafíos que enfrentará la futura gestión, aquellos que hemos vivido y trabajado alternativamente en ambas ciudades vemos en ello un problema latente que podría agravar las notorias diferencias de crecimiento y desarrollo que hoy manifiestan dichas ciudades, sobre todo ante el cambio profundo que se supone devendrá a partir del 10 de diciembre en esta provincia.
Atento a ello y demostrando una cintura política que sus adversarios se niegan a ver, el futuro gobernador Hermes Binner, previamente al acto electoral y anticipándose a cualquier especulación sobre alguna preferencia por Rosario, eligió como futuro lugar de residencia permanente a la ciudad de Santa Fe, ratificando su vocación y su confianza en el éxito en las urnas.
Además del diagnóstico –que puede ser compartido o no–, la mayoría de los santafesinos estamos convencidos de que nos encontramos ante una oportunidad inmejorable para cambios sustanciales que debemos apoyar, recomendar y llevar adelante desde las organizaciones no gubernamentales, desde las cámaras empresarias, desde los grupos de interés sectorial y también simplemente desde el llano.
En tal sentido, y como una propuesta superadora de la problemática descripta, creo necesario perforar la membrana que divide a las ciudades de Rosario y Santa Fe, tarea que debemos encomendarnos con mayor énfasis los sectores del empresariado y las cámaras sectoriales, más allá de las responsabilidades que le corresponde a la dirigencia política.
Para ello, es necesario comprender que en cada una de las ciudades hay valores agregados que son transferibles y perfectamente aplicables en la otra, los que sin duda redundarán en un crecimiento más adecuado y homogéneo de la provincia toda.
Por ejemplo, creo que el rosarino es un emprendedor individual por naturaleza, que se ha abierto paso ante cualquier tipo de adversidad y que puede razonablemente contagiar y estimular a los santafesinos con acciones directas y alianzas estratégicas entre sectores de interés común en ambas ciudades. Por otro lado, los santafesinos cuentan con mayor experiencia en el esquema de relaciones con el estado provincial y en impulsar proyectos de interés estratégico regional, como por ejemplo el traslado de la terminal portuaria a la margen principal del río Paraná, lo que puede enriquecer a los hacedores rosarinos.
Pretendiendo solamente describir las generalidades de tendencias –sin por ello desconocer las particularidades– creo que la forma de ejecutar esta idea es generar una sólida unidad entre ambas ciudades con una transferencia efectiva de las experiencias municipales, con el fortalecimiento de las organizaciones regionales, las federaciones o representaciones provinciales de las cámaras empresariales, los encuentros sectoriales de dirigentes, la profundización del intercambio universitario; sin olvidar la aplicación de estos conceptos que sintetizo en la dicotomía Rosario-Santa Fe, Santa Fe-Rosario a ciudades de la importancia de Rafaela, Reconquista o Venado Tuerto, por mencionar algunas.
El principal aporte que podemos hacer para el engrandecimiento de nuestra provincia es actuar mancomunadamente y coordinadamente entre las dos principales ciudades que une nuestro majestuoso río, por ejemplo, incorporando iniciativas de uso integral de su red portuaria (sin olvidarnos del importante puerto de Reconquista) para mejorar las condiciones de multimodalidad del transporte facilitando el movimiento de las cargas hacia el océano, principal factor de nuestro crecimiento.
Estamos ante una gran oportunidad de cambios favorables para el desarrollo de nuestra región, está en nosotros la obligación de aprovecharlos.
(*) Arquitecto, ex secretario de la Cámara Argentina de la Construcción de Santa Fe, ex director de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, ex miembro de la Cámara de Actividades Portuarias de Rosario y actual miembro de la Confederación General de la Industria de Rosario.
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