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sábado,
29 de
septiembre de
2007 |
Con dramas sombríos y a pleno sol cierra San Sebastián
Mientras el jurado decide, se acrecentan las apuestas para acertarle al palmarés
María Luz Climent Mascarell / DPA
En el Festival de Cine de San Sebastián fue el día de la imaginación. Conjeturas y elucubraciones sobre la futura Concha de Oro circulan en una jornada de sol radiante y sombríos dramas como los que han ido cerrando la competición oficial. Ni “Padre nuestro” ni “Daisy Diamond” sedujeron a la crítica.
“Padre nuestro”, la ópera prima del estadounidense Christopher Zalla, llegó al certamen vasco avalada por el Gran Premio del Jurado en Sundance, pero la historia de un inmigrante mexicano que busca por las calles de Nueva York a su padre sólo recibió un aplauso apocado en la función para la crítica.
Inmigración e identidad son los pilares de este drama de dos “espaldas mojadas” (Armando Hernández y Jorge Adrián Espíndola) que logran llegar a Nueva York, uno para probar suerte y el otro para encontrar a su padre. Sus caminos se cruzan en la búsqueda desesperada de una familia que ninguno de los dos tiene.
Se destaca en “Padre nuestro” el trabajo del mexicano Jesús Ochoa, quien dijo que le convenció el proyecto porque cuenta con un guión “redondo y muy consistente”. Además, confesó, le sedujo la idea de rodar en Nueva York, “uno de los sets más grandes del mundo”.
“Pero también esta rara coincidencia que se dio de que es una película escrita por un director de Estados Unidos, producida por cine independiente de Estados Unidos y hablada en español”, añadió Ochoa, quien está acostumbrado a interpretar tipos duros “pero nunca había tenido un personaje tan rudo y tan hosco y que tuviera la posibilidad de quebrarse”.
“No me gustan los personajes lineales y mientras más capas o vertientes tenga, mejor”, confesó el intérprete.
“Padre nuestro”, según Ochoa, trata la inmigración de forma distinta. “Nos habla de una migración que no está instalada en la nostalgia, que no está recordando el pueblito, la tortilla o la familia que dejó atrás. Está hablando de los problemas ahí y ahora, de esta inmediatez que provoca mucho descalabro en el migrante”, explicó.
Luego de “Padre nuestro”, le tocó el turno a la producción danesa “Daisy Diamond”. La trama gira entorno a una actriz incapaz de conjugar su maternidad con su ambición laboral, situación que la llevará a tomar una decisión radical con consecuencias fatales. La cinta, dirigida por Simon Staho, se enmarca dentro de los duros dramas nórdicos que en otras ocasiones han conmovido, pero que en este caso ha dejado fría a la crítica.
Pero antes de cerrar su 55ª edición con la visita de Demi Moore, que hoy clausurará el certamen con “Flawless”, de Michael Radford, el festival entregó el segundo premio Donostia a la actriz noruega Liv Ullmann. Marisa Paredes y Diego Luna galardonaron al rostro que lanzó a la fama Ingmar Bergman, cerrando así el desfile de visitantes ilustres que han pasado por el certamen vasco.
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