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miércoles,
26 de
septiembre de
2007 |
Jaulas para proteger
esculturas
“Estos actos no revelan un desprecio total sólo por las esculturas sino por el espacio público. Y no hacen falta pintadas, esto se ve cuando se estaciona en doble fila o sobre el césped. Es parte de la cultura actual”, opinó el director de Restauración del municipio, Marcelo Castaño. Para el funcionario, ese desprecio “no es exclusivo de una clase social ni depende del mayor o menor acceso a la cultura”, y graficó: entre las causas principales para cercar los monumentos están “los perros de vecinos acomodados que orinan en las estatuas”.
Según Castaño, los robos de estatuas para vender el bronce fueron disminuyendo en Rosario, aunque para ello se retiraron casi todas las obras de la ciudad. “Sólo quedan las de Belgrano y San Martín, el resto son todas réplicas de cemento y también hay nuevas de hierro o madera”, explicó. Asimismo, sostuvo que el sitio más perjudicado es el Monumento a la Bandera porque “todos van ahí a festejar y siempre terminan pintando”.
En cuanto al proyecto de enjaular los monumentos, que se va concretando paulatinamente, el funcionario indicó: “Hay unas 300 esculturas que en algún momento, a nuestro pesar, van a terminar cercadas. No nos gusta para nada, es muy feo ver las estatuas encarceladas, pero no encontramos otra alternativa”.
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