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miércoles,
26 de
septiembre de
2007 |
Macabro hallazgo con la bajante
Rosa tiene 14 años y una hija (Micaela) que aún no puede caminar por sí sola. Ayer a la mañana, junto a Sandra (su mamá de 31 años), estaba sacada. “Mi marido se murió en el derrumbe. Yo estuve ahí. Fui la única sobreviviente”, contó a La Capital mientras personal de la Municipalidad desmantelaba el ranchito que hasta ayer estaba ubicado a escasos metros de la casilla que fue literalmente arrastrada por un desprendimiento de tierra de la barranca durante el temporal de lluvia de finales de marzo pasado.
José Colomé, marido de Rosa, y Marcos Anchával, un amigo de ambos, fallecieron en el acto. El primero desapareció en el agua y fue rescatado al día siguiente. A Anchával pudieron sacarlo poco después del accidente. Pero la tragedia tuvo una tercera víctima, una mujer cuyo cadáver nunca pudo ser recuperado. Hasta ayer se creía que había sido arrastrado por la correntada.
“Cuando llegamos, los mismos habitantes nos dijeron que había un cuerpo semisepultado por un metro y medio de escombros”, contó el director de Control Urbano, Osvaldo Laffatigue. Rosa y Sandra aseguraron que se trataba de la chica fallecida en el accidente.
“Nosotros no sabíamos que estaba ahí. Pasó que el río bajó en los últimos meses y dejó al descubierto el cadáver”, dijeron casi al unísono Rosa y Sandra. Lo cierto es que el cuerpo había quedado no sólo sumergido sino semisepultado por los escombros de la casilla que se desplomó a fines de marzo. Tanto la policía como personal de la Municipalidad coincidían ayer en que el cuerpo estuvo oficialmente desaparecido tras la tragedia y que fue succionado por la correntada.
Tras el hallazgo, la tarea de rescate fue encomendada a Prefectura Naval. Sobre la media tarde de ayer, los trabajos eran incesantes, ya que el sector donde quedó el cuerpo era de difícil acceso. Además se requirió de la misma grúa que se utilizó para levantar la casilla.
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