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miércoles,
26 de
septiembre de
2007 |
Me llené de
olor a humo
Fui a una fiesta a Luna Galana, de Salta y Riccheri. Es un lugar de cierto nivel, moderno y de buen servicio. Sin embargo, llegué a mi casa lleno de olor a humo de cigarrillo, porque en el local permitieron fumar sin ningún reparo. La cosa fue sencilla: repartieron ceniceros y dijeron que se podía fumar sin problemas. Pregunté cómo podía ser siendo que está vigente la ley antitabaco, pero me respondieron que la casa lo permitía. Entonces me llené de olor a humo y me acerqué un poco más a los problemas respiratorios, ya que por lo menos un tercio de los asistentes fumaron distendidamente durante toda la fiesta. Mi reproche va hacia los controles que debería hacer la Municipalidad, que en este caso se saltaron un salón que ignoró la ordenanza y la ley provincial sin que a los encargados se les moviera un pelo.
Sebastián Di Mateo
DNI 24.779.368
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