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 miércoles, 26 de septiembre de 2007  
Jubilados en la hoguera

El presidente Kirchner reiteradamente nos dice que estamos saliendo del infierno; es evidente que en ese viaje no habrá pasaje para los jubilados. Se olvida de ellos y decide dejarlos en la hoguera quemando sus esperanzas. El presidente se autoconvence de que es un éxito lo que ha hecho porque instruyó 13 recomposiciones de las jubilaciones mínimas durante su gestión, y lo cierto es que si los exiguos porcentajes ordenados no han alcanzado para dignificar a los jubilados, se convierte en un rotundo fracaso. Hagamos algunas apreciaciones matemáticas: hace un par de meses se reunió el Consejo del Salario para fijar el salario mínimo, vital y móvil y dispuso, en tacañas cuotas, una mezquina modificación para los activos, pasando el salario de los mismos en el término de seis meses de $ 840,00 a $ 980,00, lo que significa un 16,66%. Si comparamos este porcentaje con el miserable 12,50% otorgado a los jubilados se evidencia una diferencia del 4,16%. Esta práctica se ha repetido en el camino de esos 13 estrechos remiendos, lo que lógicamente produjo un permanente deterioro de su poder adquisitivo y cada vez los alejó más de una jubilación digna, de la movilidad y del 82% que ordenó la Suprema Corte de Justicia hace un año. Es manifiesto que no existe voluntad, porque si existiera bien se podría comenzar a cumplir con esa indicación, empezando por la mínima, es decir: que para un salario del activo de $ 980,00 correspondería una jubilación mínima de $ 803,60 y no la indigna actual de $ 596,25. En cuanto a las jubilaciones de mayores ingresos, reiteradamente postergadas, deberá instrumentarse un plan de resarcimiento, para que todas queden integradas y comprendidas en el término de un año, en la movilidad y el 82%. Reparar tanta injusticia es posible, la economía no ha dejado de crecer en los últimos 54 meses, sólo necesitamos de actitudes y comportamientos menos egoístas para que la equidad llegue a los jubilados y se les reconozca el esfuerzo de toda una vida, puesta al servicio del país.

Ernesto Sosa, DNI 6.040.333

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