Movilización en Santa Fe en reclamo de más seguridad

Jorge Sansó de la Madrid / La Capital

Santa Fe.— Hoy, a las 17, vecinos del barrio Guadalupe —uno de los más residenciales de esta capital— efectuarán una movilización que se denominó “El alarmazo”, dado que se harán sonar distintas clases de alarmas.

   La marcha está organizada por la Asamblea Barrial de Guadalupe, un conjunto de vecinos que preocupados por los asaltos y la falta de seguridad optaron por recorre el barrio. La movilización partirá de la esquina de French y General Paz y se dirigirá hacia el norte a la zona de “Las Canchitas”.

   Según los vecinos exigirán a las autoridades, tanto provinciales como municipales, “la toma de medidas urgentes que aseguren la posibilidad de una vida digna, entendiendo como tal la necesidad de sentirnos protegidos de los niveles de violencia que acechan a nuestros hogares, a nuestros hijos, y esencialmente al derecho de poder circular sin miedos y con libertad por el barrio”.

   Hace unos días los vecinos pidieron al ministro de Gobierno, Roberto Rosúa, la instalación de destacamento policial fijo en el predio ubicado entre las calles Pascual Echagüe, Tacuarí, Gianello y Azcuénaga, acompañado de rondas urbana en avenida General Paz, desde Javier de la Rosa hasta el Gada, más el apoyo de un móvil policial que patrulle la zona”. También le reiteraron al intendente Martín Balbarrey “la necesidad urgente” de la extensión de la línea 8 de colectivo y la reparación del alumbrado público de distintas avenidas del barrio.



Temor. La ciudad está temerosa por hechos violentos registrados, el más conmocionante fue el reciente asesinato de una anciana, a quien le asestaron 15 puñaladas en su casa. La ciudad de Santa Fe es desde hace ya varios años una de las más violentas del país con un alto porcentaje de su población armada. En lo que va de este año se produjeron 82 víctimas fatales, sin embargo las autoridades locales desoyen las señales de alarma sobre la creciente profundización de los desequilibrios económicos entre los vecinos.

   El presunto asalto acaecido el martes en la misma zona en la que pocos días antes había sido masacrada la anciana, se convirtió en paradigmas de la sensación de inseguridad.

   Por otra parte, ayer fue baleado el auto de la vicedirectora de la Escuela Media Nº 265, en el barrio San Agustín. Susana Feller relató que al llegar al colegio dejó el coche estacionado en le puerta y que una vez dentro sus alumnos le advirtieron lo que estaba sucediendo. “Cuando salgo, veo que el auto quedó desecho”, dijo.



Características distintas. Tanto el crimen de la anciana Delia Martín de Hernández como un robo denunciado por el empresario Carlos Sikh, quien dijo haber sido maniatado por dos jóvenes que se llevaron de su vivienda al menos 124.000 pesos, y el hecho sucedido al auto de la vicedirectora podrían tener características diferentes a las que se le atribuyera inicialmente.

   Este último es el más claro. Lo que en un primer momento se evaluó, oficialmente incluso, como un ajuste de cuentas entre bandas habría sido en realidad un ataque direccionado.



Disparos directos. Según relató la docente, una testigo se le acercó para asegurarle que no hubo cruce de balas sino disparos directos al vehículo. Los investigadores buscan determinar si se trató de un hecho de vandalismo que no persiguió otro daño que el material o si estuvo dirigido a la maestra.

   En el robo a Sikh la policía se vio obligada a salir a los medios a decir que hay “detalles que no cierran” en la versión del empresario. Y otro tanto podría pasar con el crimen de la anciana, que versiones surgidas anónimamente atribuyeron a jóvenes de corta edad, menores, desocupados, pobres y drogadas o alcoholizados.

   Esto también está apareciendo en esta ciudad. Una rápida tendencia a crear un estereotipo de sospechoso automático de matriz lombrosiana, sin que nadie advierta el riesgo social que ello encierra.