Represores van a juicio por el robo de bienes a secuestrados

El Tigre Acosta, entre otros, será sometido a proceso oral en un caso de la megacausa Esma

Los represores Jorge Tigre Acosta y Jorge Rádice serán sometidos a juicio oral acusados de haber tenido un rol protagónico en el montaje de una asociación ilícita dedicada al robo de bienes a secuestrados en la Esma durante la última dictadura. La decisión fue tomada ayer por el juez federal Sergio Torres, quien dio también por cerrada la pesquisa contra Juan Jeringa Barrionuevo, procesado por tormentos.

   El magistrado envió además a juicio a otros tres represores de la Esma: el almirante Oscar Montes y los capitanes Carlos Capdevila y Adolfo Donda Tigel, todos retirados, quienes serán juzgados por tormento, amenazas y privación ilegal de la libertad, en el marco de la megacausa Esma, en la que ya fue enviado a juicio el prefecto Héctor Febres.

   En una cuarta resolución, Torres solicitó al fiscal federal Eduardo Taiano que dictamine si corresponde cerrar la pesquisa relativa al desapoderamiento de tierras a un secuestrado en Chacras de Coria (Mendoza), una causa donde también está procesado Acosta.

   Todos serán juzgados por el Tribunal Oral Federal Nº5, que concentra los juicios por delitos de lesa humanidad y ya tiene a su cargo el proceso contra Febres.

   “Los delitos fueron cometidos dentro del aparato del Estado y constituyeron crímenes contra la humanidad, de acuerdo al derecho internacional”, consideró el juez en los casos de Acosta y Rádice.



En blanco. En esta causa Torres también envió a juicio al ex jefe logístico del Grupo de Tareas 3.3, Carlos León Pazo. Para el magistrado, los tres conformaron una asociación ilícita que tenía por objetivo “el desapoderamiento de bienes a personas que estuvieron detenidas en la Esma”. A los secuestrados “se los obligaba a suscribir documentos en blanco y/o poderes a efectos despojarlas de sus pertenencias”, agregó el magistrado en su resolución.

   Torres hizo un extenso repaso de los testimonios recolectados en la megacausa reabierta tras la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final para acusar a los represores de robarles sus bienes a los secuestrados Juan Carlos Muneta, Hugo Tarnoplolsky e Inés Carazo. Acosta y Rádice “tuvieron un rol protagónico” en la asociación ilícita, “siendo también primordial” el papel de Pazo, quien se encargaba de disponer de los bienes de los detenidos ilegalmente.