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jueves,
20 de
septiembre de
2007 |
La calidad del pan en la mira
Luis Baita, titular del Instituto del Alimento de la Municipalidad, negó ayer que en Rosario el 40 por ciento de las panaderías funcionen en forma ilegal, tal como se denunció en su momento a nivel nacional.
Gerardo Di Cosco, de la Asociación de Industriales Panaderos, había dicho que Rosario mantenía ese porcentaje de comercios del ramo en la clandestinidad, implicando también la falta de controles bromatológicos y la presunción de que la mayoría de esos locales utilizaba aditivos prohibidos como el bromato de potasio.
“No hay elementos. En lo que va del año habilitamos en la ciudad 448 locales”, precisó Baita, quien advirtió: “Debemos saber diferenciar qué clase de clandestinidad existe en la ciudad”.
Fue entonces cuando admitió que “seguramente debe haber comercios sin habilitar, pero en las recorridas habituales se los invita a regularizar su situación”.
Luego reparó en “otro error técnico”. A su entender, “relacionar clandestinidad con el uso de bromato de potasio no tiene sentido” ya que, si bien las producciones caseras de pan utilizan ese componente, el instituto detectó “una incidencia que no supera el 8 por ciento”.
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