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 sábado, 15 de septiembre de 2007  
Uruguay: excavarán sedes militares en busca de maestra desaparecida

Montevideo.- La justicia uruguaya ordenó iniciar excavaciones en dos sedes militares de Montevideo para buscar los restos de la mastra Elena Quinteros, secuestrada en 1976 de la embajada de Venezuela en Uruguay, lo que provocó la ruptura de relaciones entre ambos países.

Quinteros fue retirada por la fuerza de la sede diplomática por agentes de la dictadura militar uruguaya (1973-1985) y permanece desaparecida, lo que provocó la ruptura de relaciones entre los gobiernos de Caracas y Montevideo.

El juez Juan Carlos Fernández Lecchini ordenó realizar excavaciones en el Batallón de Infantería número 1 y en el predio que ocupa el Instituto de Armas y Especialidades (Imae), ubicados en las afueras de Montevideo, en función de nueva información recibida en la sede judicial.

El magistrado impartió la orden después de una segunda inspección ocular de esos lugares, realizada el pasado miércoles junto con la fiscal Mirtha Guianze y un grupo de expertos, que delimitó los sitios donde se realizará la búsqueda, informó la agencia italiana Ansa.

Los trabajos se iniciarán en los próximos días por parte del equipo de antropología que dirige José López Mazz, que también está realizando búsqueda de restos de desaparecidos en el predio donde está actualmente la cárcel de La Tablada, antes sede de una unidad militar.

Elena Quinteros era una militante del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) que se encontraba detenida en una cárcel clandestina del ejército a fines de junio de 1976, cuando fue trasladada hasta las cercanías de la embajada venezolana para identificar a un compañero suyo.

La maestra aprovechó un descuido de sus custodias para ingresar al jardín de la sede diplomática pero fue arrastrada al exterior por sus captores quienes se la llevaron con destino desconocido y nunca más apareció.

Sus restos y los de otros detenidos-desaparecidos durante la dictadura son buscados por un equipo de antropólogos de la facultad de Ciencias, inicialmente en base a información de las Fuerzas Armadas, y sólo hallaron, hasta ahora, los esqueletos de un obrero metalúrgico y un profesor, ambos militantes del partido Comunista.

Por otra parte, casi 60 militares, entre oficicales y personal subalterno de la Fuerza Aérea, están a disposición de la justicia militar por la investigación del robo de armas y municiones en la base Boiso Lanza en las afueras de Montevideo.

La jefatura de la Aeronáutica denunció el miércoles el robo de 11 fusiles semiautomáticos FAL, calibre 7,62 mm y 2 subametralladoras FM-K3, con sus respectivos cargadores y municiones.

El jefe del arma, general Enrique Bonelli, calificó el robo como “una traición a la fuerza aérea y a la patria” y aseguró que “uno o varios militares” participaron en el hecho.

Las autoridades uruguayas pidieron la colaboración a la policía federal brasileña para tratar de esclarecer el caso, ante la posibilidad que las armas hayan sido trasladadas a ese país para comercializarlas en el mercado ilegal.

El delegado regional para el combate del crimen organizado en el estado brasileño de Río Grande del Sur, Ildo Gasparetto, afirmó en agosto que existen conexiones entre grupos delictivos de Brasil y Uruguay y destacó como problema mayor el ingreso a su país de armas y municiones.

Gasparetto señaló entonces su preocupación por la “falta de controles” en la frontera entre ambos países. (Télam)
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